Boletín FAHHO Digital No. 38 (May 2024)

Sembrar para cultivar una sociedad ecológicamente comprometida

José Diego / Isabel González

Desde hace algunos años, diferentes encuestas locales e internacionales han demostrado que el cambio climático, así como la pérdida y degradación de los ecosistemas se han convertido en una de las principales preocupaciones de las sociedades alrededor del mundo. Sin embargo, existe una clara contradicción entre dicha preocupación y la escasa incidencia práctica para proteger el medio ambiente de los embates de muchas de las actividades humanas.

Frente a este panorama, hace más de diez años que la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca estableció un compromiso permanente con el cuidado y la preservación del medio ambiente. Así, desde la Coordinación dedicada a este tema se han promovido diversas acciones en pro del planeta y, precisamente, del estado de Oaxaca. Reforestación urbana y Reforestación social son las iniciativas que guían las acciones concretas para lograr la preservación, la difusión y el fomento del cuidado del medio ambiente y su diversidad.

La reforestación urbana se enfoca en plantar especies arbóreas propicias para recuperar y mantener el arbolado del centro histórico de la ciudad de Oaxaca de Juárez, con la finalidad de aumentar las áreas de sombra para combatir el calor; mejorar la calidad del aire al mitigar el exceso de ozono (O3), monóxido de carbono (CO), dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de sulfuro (SO2); producir oxigeno; captar el agua de lluvia reduciendo el escurrimiento superficial; así como transformar positivamente el paisaje urbano.

Los trabajos en el arbolado del centro histórico de Oaxaca se han realizado con un sentido de pertinencia histórica, social y ambiental, ya que la plantación de muchos de sus árboles data de hace 130 años.

En consecuencia, se ha puesto en marcha un plan de manejo para el mantenimiento del arbolado, así como para evitar riesgos de caída y otras contingencias. Para tal efecto se realizó un diagnóstico integral del arbolado por medio de la aplicación de tomografías sónicas en los ejemplares más longevos o que manifestaban algún daño o enfermedad. Posteriormente, se implementó un programa de nutrición basado en la aplicación de abonos orgánicos, así como un esquema de podas para vigorizar las copas de los árboles, además de un sistema de saneamiento para controlar las plagas y enfermedades que provocan el deterioro del arbolado. Finalmente, se puso en marcha un calendario de riego y nutrición.

Por otra parte, la reforestación social consiste en una actividad que involucra a una comunidad organizada cuyo objetivo es la siembra de árboles para recuperar suelos que han sido afectados por la deforestación. En este caso, la reforestación se enfoca en la mitigación de la erosión y la pérdida de suelo fértil y productivo; contribuye a propiciar las condiciones para el aumento de las lluvias; permite la reducción de las sequías estacionales; asimismo, es necesaria para revivir las cuencas hidrográficas. Es especialmente importante mencionar que la repoblación de zonas deforestadas favorece el restablecimiento y evita la pérdida de biodiversidad, de la que Oaxaca es ejemplo en todo el país.

En las siguientes líneas mostramos algunos ejemplos del modo en que ha operado esta iniciativa. Para fortalecer el programa de reforestación social mediante el municipio y el núcleo agrario, en la localidad de Santa María Tlahuitoltepec, Mixe, Oaxaca ha optado por un proyecto de rehabilitación, operación y producción de planta de vivero tecnificado. Esto, con atención en la producción de plantas para reforestación a partir de especies nativas de uso agroforestal1 y dendroenergético.2

El propósito fundamental es impulsar la reforestación social para recuperar áreas degradadas e incrementar la cubierta forestal en territorios y paisajes bioculturales del estado de Oaxaca y contribuir en las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático.

Por otro lado, en el municipio de Santa Catarina Minas y en el de San Dionisio Ocotepec —ambos pertenecientes al distrito de Tlacolula, Oaxaca—, se emprendió un proyecto de restauración de suelo y agua mediante unidades de infiltración. La finalidad es mejorar la captación, infiltración y acceso al agua de lluvia, a partir de la recarga de los mantos acuíferos; así como fortalecer la cohesión y tejido social comunitario por medio de la participación activa de las autoridades locales y la población en general mediante tequios comunitarios.

Como es posible notar, estos proyectos derivan en la reducción de la contaminación ambiental y el cambio climático con vistas a mejorar la calidad de vida en las comunidades beneficiadas. El desarrollo de estas iniciativas no tendría sentido si la Coordinación de Medio Ambiente no se enfocara también en buscar la reflexión de la sociedad civil por medio de la difusión de las problemáticas ecológicas que urgen a la sociedad oaxaqueña, tales como sustentabilidad, adaptación al cambio climático, crisis hídrica, políticas ambientales, situación actual del maíz, bioculturalidad, entre otros. La FAHHO, mediante esta Coordinación, ha asumido un fuerte compromiso, el cual, sin embargo, debe hacerse extensivo a la ciudadanía en general y a otras instituciones, pues si cada agente social tomara el cuidado del medio ambiente en sus manos como un imperativo de vida, la preocupación de la que hablamos en un inicio se convertiría en una práctica hacia modos de vida cada vez más habitables.

1 La agroforestería consiste en la mezcla de plantaciones agrícolas y forestales: árboles y arbustos con
cultivos o sistemas de producción animal para obtener beneficios ambientales, económicos y sociales
de forma ecológicamente sustentable.

2 La dendroenergía refiere a la energía forestal, es decir, se trata de toda la energía obtenida a partir de biocombustibles derivados de los árboles en general: bosques, plantaciones forestales, arbolados urbanos, etc.


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