Boletín FAHHO Digital No. 6 (Jul-Ago 2021)

Sabermetría en el beisbol y la revolución de la data

Jorge Spíndola

Desde hace algunos años, el término “Sabermetría” ha sonado con recurrencia en el mundo de la pelota para referirse al responsable de ciertos aspectos que tiene el beisbol moderno en comparación con sus versiones pasadas.

Con simpatizantes y detractores, la Sabermetría —también conocida como “análisis avanzado del juego”— como hoy se le llama en las Ligas Mayores de Beisbol, es la búsqueda de la información empírica para tomar la decisión más probable de ser exitosa a la hora de construir un equipo, dirigir una novena, lanzar un pitcheo o hacer swing a un envío.

¿Por qué se le llama “Sabermetría”? El término es una castellanización del anglosajón SABRmetrics creado en 1971 por Bill James (el patriarca del movimiento en ese entonces) y surge de la sigla SABR de la Society for American Baseball Research (Sociedad Americana de Investigación del Beisbol). Pero más allá del origen de la palabra que define al movimiento, lo esencial debería ser analizar cómo este fenómeno ha cambiado al mejor beisbol del mundo.

Si usted es un aficionado al beisbol de Grandes Ligas desde, digamos, la década de los 80, podrá observar notables diferencias entre el beisbol de entonces con el que se juega hoy en día. En primer lugar, los pitchers están lanzando mucho más fuerte. Los lanzadores en 2021 promedian 93.5MPH (millas por hora) en su recta, unas 3.5MPH más que el promedio que exhibían en 2008 cuando comenzó a ser pública esta información. Este aumento de velocidad se da por una razón principal: los equipos de Grandes Ligas notaron que la mejor forma de suprimir la ofensiva contraria era generando swings abanicados, y para generar swings abanicados pues, la velocidad es crucial.

En segundo lugar está la disminución del AVG —Average o porcentaje de bateo— y el aumento de los ponches. Hoy el AVG es una estadística secundaria en MLB porque, empíricamente, su correlación en la generación de carreras no es alta si se compara con otras estadísticas, como el OBP porcentaje de embasado—, el Slugging o el OPS —suma de porcentaje de embasado + slugging— por nombrar algunas básicas. Hoy los bateadores prefieren “evitar outs” que “conectar hits” y, considerando el grado de dificultad que involucra hacer contacto con pelotas más veloces y con más movimiento que en el pasado, prefieren que sus hits sean extrabases. Por ello hacen swing prácticamente siempre y no le temen al ponche como antes.

Todo esto se explica en el libro Moneyball, de Michael Lewis, y en la película homónima lanzada en 2011; de igual manera, estos datos se encuentran en The Book, de Tom Tango, Mitchel Lichtman y Andrew Dolphin.

La disminución de los toques de bolas y los robos de base, el aumento de los pitcheos rompientes, el incremento de las posiciones defensivas especiales y la reducción de la labor de los abridores tienen como base esta forma de análisis que maximiza las probabilidades de victoria. Además, gracias al avance tecnológico, el análisis se ha vuelto aún más preciso al utilizar máquinas de reconocimiento de pitcheos (primero Pitch f/X y luego Trackman, FlightScope y Rapsodo), presentes en todos los estadios de Grandes Ligas, para ayudar a los lanzadores a desarrollar arsenales cada vez más efectivos y generadores de ponches.

Hoy, en menor o mayor medida, todos los equipos de Grandes Ligas, y buena parte de los equipos de Japón, Corea del Sur y hasta de México, echan mano de la Sabermetría para complementar su toma de decisiones. Su implementación no es una fiebre momentánea, sino la revolución de la data que se vive en el mundo moderno y que parece haber llegado para quedarse.


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