Rinden homenaje a tejedora oaxaqueña en el MTO

10 de noviembre de 2015

Oaxaca, Oax.-  Rodeada de sus cuatro hijas y acompañada del público que se dio cita en el Museo Textil de Oaxaca (MTO), la tejedora oaxaqueña María Teodora Santiago Ramírez fue homenajeada el viernes 6 de noviembre debido al gran valor artístico del trabajo que ha realizado a lo largo de su vida y por la herencia cultural que deja a su familia.

El trabajo de doña María, originaria de la comunidad de la Santa María Peñoles, una comunidad situada en las montañas al occidente del Valle de Oaxaca, fue reconocido por María Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO), quien en presencia de Alfredo Haro Helú, Hector Meneses, director del MTO, y Alejandro de Ávila, curador del museo, dijo: “María Teodora se dedica a cultivar la antigua y complicada técnica de la sarga de hilos finos de algodón, teñidos con tintes naturales, y ha sabido compartir ese conocimiento ancestral entre sus cuatro hijas, que a su vez la enseñaron a los nietos y bisnietos de doña Teodora”.

Desde muy joven, doña María Teodora aprendió a hilar la lana y a trabajar en el telar de cintura la sarga, tejidos que forman líneas diagonales que pueden ser más o menos complejas, según la experiencia de la tejedora, que puede crear zigzags, rombos o líneas sesgadas.

Cuando se mudó a la ciudad de Oaxaca, doña María Teodora dejó de usar la lana, pero no las técnicas aprendidas. Empleó el algodón y no sólo eso, sino que enseñó a sus cuatro hijas a tejer, quienes a su vez transmitieron su conocimiento a los nietos y a una bisnieta de la homenajeada.

Además, esta familia empezó a colaborar con Remigio Mestas, galerista y promotor del arte textil oaxaqueño. Este encuentro supuso que la familia de María Teodora comenzara a usar tintes naturales e hilos finos, creando tejidos de gran calidad.

El MTO decidió homenajear a doña María Teodora para fortalecer el arte textil oaxaqueño y para hacer que esta expresión artística no muera y que “los tejidos ancestrales florezcan en nuestro mundo del siglo XXI, que sean valorados y seamos capaces de admirar más allá de un pedazo de tela. Paciencia, amor y destreza, tres características que describen a los artistas que trabajan día con día para perfeccionar sus obras y son capaces de desafiar nuevos retos y manipular materiales diversos, de ella la sabiduría heredada por la bisabuela”, agregó Grañén Porrúa.

Hasta este fin de semana, el Centro Cultural San Pablo exhibió El legado de una bisabuela: 4 generaciones de tejedores, una exposición impulsada por el MTO que acercó a los visitantes al trabajo de doña María Teodora Santiago Ramírez y de sus hijas.

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