Boletín FAHHO Digital No. 25 (Abr 2023)

“Resiste agua”

Victor Mendoza

Según datos del Ecological Threat Register (ETR) para el año 2040, aproximadamente 5 400 millones de personas (más de la mitad de la población mundial proyectada para ese año) vivirá en los 59 países que experimentan estrés hídrico alto o extremo. Según la ETR, en América Latina, Chile y México son los países con mayor vulnerabilidad al estrés hídrico. Esto quiere decir que la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo de tiempo determinado.

Hablando del caso específico de la zona metropolitana de Oaxaca, se reportó que 2021 fue el año más crítico por la escasez de agua. Los municipios conurbados padecen la mayor crisis por escasez, pues 300 colonias solo cuentan con 420 litros por segundo, cuando la cantidad necesaria estimada es de 1000 litros por segundo. Esto podría suponer que no hay agua en Oaxaca, pero no es así.

De acuerdo con una publicación del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO)1 en nueve de las trece regiones hidrológicoadministrativas, se consume más agua de la que se dispone; por su parte, Oaxaca se encuentra en la región Pacífico Sur, una de las cuatro que cuentan con más metros cúbicos por habitante al año para su consumo, teniendo a su disposición 6084 m3 /hab al año contra una demanda de 1539 m3 /hab.

Entonces, si la zona metropolitana de Oaxaca se encuentra ubicada en una región con alta disponibilidad de agua, ¿qué ocasiona la escasez y el estrés hídrico? Es posible darse una idea con una noticia del 4 de marzo de 2023: “El 70 % del agua que debería recibir la ciudad desde Etla se pierde en ordeñas […]”.2 Esta información hace evidente dos situaciones: una, que Oaxaca depende de otros municipios para su abastecimiento y dos, que se lucra con el manejo del agua. “El uso de este recurso natural debe de contar con [una] regulación eficiente, gestión e inversión en infraestructura que garanticen [su] acceso y saneamiento […]”.3

Además, también es importante explicar que las antiguas fuentes de abastecimiento de agua provenientes de San Andrés Huayápam y San Felipe del Agua, entre contaminación y mal manejo, han dejado de suministrar a la ciudad.

Finalmente, es importante entender que el paradigma de uso y obtención del agua ha cambiado en el mundo: ahora se cultiva. Es por eso que se plantea la siguiente pregunta: ¿cuánta agua de lluvia cae al año en los Valles Centrales? Si la extensión de la gran meseta de los Valles es de 9 480 Km2 y la precipitación promedio anual es de 750 mm (es decir, 750 litros x m2), la operación es tan simple como impresionante: 9480 000 000 m2 x .75 m3 = 7 110 000 000 m3 de lluvia al año.

Si una persona tiene una demanda diaria de 100 litros, según la cifra anterior, tendría a su disposición 19 tinacos al día, 190 veces más de lo requerido. Una vez entendido esto concluimos que agua sí hay, pero que es necesario sanearla y cuidarla; educar y abastecer. Los ríos y el agua natural no están contaminados, somos nosotros quienes la ensuciamos. Necesitamos una ciudadanía educada que sepa que el agua no es un recurso que se explota indiscriminadamente y que hoy en día existen alternativas de cultivo; así se puede abastecer.

Actualmente, en Casa de la Ciudad se encuentra en curso la exposición “Resiste agua”, que invita a repensar la forma como nos relacionamos con este elemento dentro de la ciudad. Se muestra una nueva mirada de los Valles Centrales desde un enfoque de cuencas y se expone el proyecto de una asociación civil para el manejo integral de la cuenca del río San Felipe del Agua.

Te invitamos a conocerla de lunes a sábado de 9 a 18 h y domingos de 10 a 18 h.

1 “Aguas en México: ¿escasez o mala gestión?”, Instituto mexicano para la competitividad, http://bitly.ws/CeEN

2 “Huachicol se lleva el 70 % de agua potable que debería llegar a Oaxaca”, Grupo Noticias http://bitly.ws/CeEK

3 “Aguas en México…”, idem


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