RESERVA PARA EL ESTUDIO DE LAS AVES
La reserva ecológica H2A es una zona que conjuga diferentes tipos de especies animales y vegetales. Ubicado al norte de la ciudad de Oaxaca, este entorno natural destaca por ser el ecosistema idóneo que da abrigo a una rica población de aves que viven en él de manera permanente o temporal.
Dada la cercanía de esta reserva con la ciudad de Oaxaca, la FAHHO se ha encargado de su protección para resguardarla de la mancha urbana, que avanza cada vez más. La ubicación y características de H2A la han perfilado como un refugio natural para las especies de aves que surcan el cielo oaxaqueño.
A decir de Manuel Grosselet, presidente de Tierra de Aves —asociación civil dedicada a la conservación del medio ambiente—, H2A tiene vital importancia porque, con el paso del tiempo, este ecosistema tenderá a quedarse en medio del asentamiento humano. Este investigador francés es parte del equipo que monitorea los pájaros que llegan a la reserva H2A.
Grosselet está convencido de que el comportamiento de las aves nos sirve como termómetro para medir la salud ambiental de nuestra ciudad. “Si continuamos registrando los datos demográficos de especies, en diez años vamos a conocer la evolución de la población de pájaros”. Avalado por el North American Banding Council como anillador y capacitador certificado, Manuel Grosselet se encargó de coordinar la certificación —con estándares internacionales— de los anilladores de pájaros del país. Además, este 2014 se realizó el primer curso para lograr el estatus de entrenador. Dichas experiencias tuvieron como sede la reserva ecológica H2A.
En coordinación con el examinador colombiano Andrés Henao, los especialistas llegaron a la reserva ecológica de la FAHHO para evaluar el conocimiento de cuatro aspirantes que se inscribieron al curso de certificación. “El examen es complicado, incluye una parte escrita y otra práctica. La gente que aprueba muestra un buen nivel en México”, detalló Grosselet.
Según el especialista, marcar a las aves con el anillamiento sirve para tener datos demográficos de cada especie: “Conocer cómo van las poblaciones, si crecen o disminuyen. Capturando y marcando aves podemos obtener sus datos de la vida. Es necesario hacer este trabajo con los mejores criterios y ofrecer datos de calidad”.
Hacer las certificaciones y cursos en el H2A les ha permitido a los especialistas tener una área de estudio de los pájaros, explica Grosselet: “A pesar de que las aves sean de diferentes especies, sexo, edad, el H2A es un buen lugar para que la gente se entrene”.
El biólogo Andrés Henao define a la reserva H2A como un campo verde que ofrece muchas posibilidades para conocer varios tipos de especies de aves. “Es un buen sitio para aprender y valorar lo que tenemos. Por estar cerca de la ciudad de Oaxaca es un punto clave para que las personas vengan y conozcan las aves”.
Georgita Ruiz, secretaria ejecutiva de Tierra de Aves, cuenta que, después de 13 años de trabajar en el Jardín Etnobotánico de Oaxaca, era importante contar con otros sitios en Oaxaca para comparar resultados en el estudio de las aves. Al contrastar la composición de especies de H2A con el Jardín Etnobotánico resultaron especies diferentes. “Hace un par de meses en el Jardín Etnobotánico vimos una gran producción de crías del famoso Turdus grayi, el mirlo pardo, y ahora las estamos viendo en el H2A. Tal vez su reproducción es anterior en el Jardín y posterior aquí. Tenemos que generar más información para registrar estos sucesos”.
La integrante del equipo de Tierra de Aves explicó que la presencia de crías de Turdus grayi en la reserva H2A es un indicador de éxito en época reproductiva de esta especie: “Ése es un gran logro que podemos celebrar. Teníamos un trabajo de monitoreo mensual, pero con un reto logístico y sin presupuesto. Nosotros los financiamos por la buena voluntad del equipo”.
Actualmente, existe una tesis que incluye un análisis de las tendencias poblacionales de las cinco especies migratorias que vienen a invernar al H2A, también se cuenta con un análisis de la fidelidad de estas especies a este sitio. “Sabemos que una especie de chipe viene desde Canadá, porque tuvimos una recaptura de un pájaro que voló desde Quebec hasta Oaxaca”, concluyó Ruiz.