RESCATE DOCUMENTAL DEL ARCHIVO DEL FERROCARRIL MEXICANO DEL SUR
En el ahora Museo Infantil de Oaxaca, en una sala de exposiciones, sobreviven fotografías y artículos diversos que fueran parte de la terminal de primera clase de la Estación Oaxaca del Ferrocarril Mexicano del Sur. La presencia de estos artefactos dieron cabida a la formación del Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur, fundado en el año 2003 bajo la administración del Ayuntamiento del Municipio de Oaxaca de Juárez, pero hacía falta una pieza indispensable en la conformación de esta institución: la memoria escrita de lo sucedido en el día a día de la estación, lo que sustentó la actividad administrativa de cada una de las áreas que confluyeron en esta enorme institución y que dieron vida a las historias personales de cada empleado, expresando la complicación o simplicidad de su participación para hacer posible la salida y llegada de los trenes, y es así como llegamos al denominado Archivo del Ferrocarril Mexicano del Sur.
El trabajo de rescate inició al poco tiempo de que la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca iniciara actividades en la antigua estación, con el apoyo e insistencia del presidente de la Asociación Amigos del Ferrocarril, el contador Miguel Ángel Ortega Mata, quien además fungió como jefe de estación y durante años ha tratado de preservar los documentos. Gestionando con los antiguos directores del museo, conociendo la existencia de estos testigos de la vida ferrocarrilera, no descansó hasta encontrar eco para su rescate.
Estos documentos se encontraban olvidados al principio en un vagón y ocuparon, también, una caseta abandonada a un lado del andén. Con el paso del tiempo cada vez era menos material, pues, como suele pasar en todas la mudanzas, algo se extravía. Las malas condiciones en las que se almacenaron los documentos dieron como resultado la aparición de hongos y la proliferación de toda clase de insectos y roedores que dañaron el acervo. Y aunque el primer paso debió ser la fumigación, la necesidad por saber lo que conservaban esas cajas era urgente, pues se encontraban sin registro alguno y su resguardo demandaba un análisis. Con esta necesidad inició la organización del archivo con la participación de Adabi de México. En esta primera revisión se trabajó un cuadro de clasificación básica, debido a nuestra poca familiarización y conocimiento de la institución, sin embargo, sirvió para ubicar las diversas áreas y departamentos en las que están dividas las funciones administrativas y operativas.
Instaurado el equipo de la Coordinación de Archivos Civiles y Eclesiásticos (CACE), formado por Ana Luz Ramírez Sánchez, Fabián López Ramos, María Isabel Martínez Ramírez, Salvador López Martínez y María Oropeza Orea, nos dimos a la tarea de elaborar un nuevo cuadro de clasificación, recuperando la información y separación hecha en la primera revisión, desglosando la estructura de la institución a través de las funciones que realizaron y los documentos que generó cada departamento. El cuadro de clasificación nos permite conocer la información de dos terminales, ya que no sólo se resguardan documentos de la Estación Oaxaca, sino también de la Estación Parián, pueblo que es casi fantasma hoy en día. Estos documentos son testigos de la importancia y apogeo que tuvo el ferrocarril hace unas décadas.
El cuadro de clasificación representa una guía para dar forma a ese montón de cajas de documentos sucios y revueltos. El proceso operativo inicia con la clasificación, que requiere un trabajo intelectual de análisis de la información. Se coloca una guarda de papel en la cual se anota, de manera jerarquizada, su ubicación orgánico funcional; se consigna el fondo, sección, serie y subserie a la que pertenece; esto equivale a recuperar su nombre, apellido y fecha de nacimiento. Parte indispensable de nuestro trabajo es preservar también el orden natural, usando otros elementos que permitan mantener su composición no sólo en soporte físico, sino en contenido, por lo cual se retiran clips, broches, grapas, y demás elementos que afecten su estabilidad. A cambio de eso se agregan fajillas o cinchos de papel y sobres, se desdoblan y se ordenan de manera cronológica y finalmente se guardan en cajas archivadoras para un mejor almacenamiento y control.
Este archivo ha sido resguardado en 142 cajas AG12, dividido en dos fondos: Archivo del Ferrocarril Mexicano del Sur, con 137 cajas archivadoras con documentos desde 1940 a 2003; el Archivo del Museo del Ferrocarril se conserva en cinco cajas AG12 que contienen expedientes desde el año 2003 al 2014. Estos documentos tienen material especializado, por lo cual la colaboración y orientación del contador Miguel Ortega ha sido indispensable para entender la administración de la institución, ya que usaban formatos específicos así como lenguaje clave o resumido, por lo cual, solo la experiencia de los ferrocarrileros podría transcribir en algunos casos el contenido. Sin embargo, también contiene información que nos permite apreciar la vida diaria de la terminal, la relación con los trabajadores y su paso como institución privada. Es por ello que vale la pena cuidar y conservar este patrimonio documental. El fruto de nuestro trabajo está consolidado en el inventario digital de este acervo, que además incluye otros formatos de información como libros, revistas y discos compactos, que pronto serán publicados.