Boletín FAHHO No. 9 (Nov-Dic 2015)

RELACIONES DE VITALIDAD EN EL MTO

Eric Chávez Santiago

El Museo Textil de Oaxaca ha logrado trascender más allá de los cuatro muros del predio que fuera la Casa Antelo, un espacio que tiene marcada en su historia la vocación textil, el sincretismo de los pueblos originarios y la educación; cada una de estas etapas ha dotado de vida a este lugar. Durante siete años, como espacio para las artes textiles, hemos creado lazos y tejido redes de colaboración con artistas textiles en las diversas regiones del estado de Oaxaca y un poco más allá. Hoy, gracias a la tecnología, es más fácil preguntar sobre un proceso de teñido, un material, o bien, solicitar un taller de tejido en Pinotepa de Don Luis o San Juan Cotzocón, pedir asesoría sobre la forma en que se coloca el enredo de San Antonino Castillo Velasco para mostrarlo en una exposición, o ver en tiempo real la cosecha del añil. Sin duda, para el equipo del MTO es de gran ayuda contar con estas herramientas pues, de esta manera, el museo ya no sólo es un inmueble sobre la calle de Hidalgo de la ciudad de Oaxaca: el museo también suena, se aprecia y llega a muchos municipios de Oaxaca. Además de conectar con el público general y artistas textiles en México, también hemos tejido una red nacional e internacional de colaboradores activos que diariamente visitan virtualmente el museo, alcanzando más de 60 000 seguidores en Facebook y 8000 en Twitter.

Me gustaría resaltar que uno de los puntos más importantes es que hemos aprendido a reconocernos mutuamente con los artistas locales a lo largo de los años, tarea que no ha resultado fácil. Antes de contar con las facilidades que otorga el mundo virtual, tuvimos que entablar relaciones desde cero; sembramos la confianza con acciones y hechos y, sobre todo, hemos estado presentes con la empatía con la que merece ser atendida cada persona. Éste ha sido un estilo de trabajo que, por años, ha formado parte esencial del MTO.

Ahora, con gusto decimos que la relación con los artistas de las comunidades es sumamente viva y activa; se ha vuelto común para muchos de ellos preguntar sus dudas y comentar sus sueños en el espacio que consideran propio. Me gustaría comentar algunas experiencias que no están a la vista de todos, historias inusuales que dan muestra de la confianza que el equipo de trabajo ha construido con pasión para difundir este arte. Recientemente, un sábado por la tarde, recibí una llamada a mi celular de una tejedora muy emprendedora de San Juan Colorado, quien había regresado de un viaje de venta. Con apoyo del MTO, pudo participar en el mercado internacional de arte popular en Santa Fe, EUA, y muy emocionada me dijo: “Acabo de solicitar un crédito para sacar una camioneta para transportar mis herramientas y productos cuando viajamos a la ciudad y me pidieron una referencia, ¿los puedo poner a ustedes?”. Otro caso muy particular fue la preocupación de una bordadora de Santa María Zacatepec que cuestionaba y pedía nuestra opinión porque una diseñadora le pedía bordar sobre camisas de marca ya confeccionadas; nos decía: “No vaya a ser el mismo caso de la diseñadora francesa…”. Historias similares ocurren cada vez que nos visitan y nos comparten pan y fruta de su comunidad, remedios caseros para los malestares o la invitación a su fiesta patronal. Como estas, hay muchas más historias en las que podríamos abundar como resultado de la confianza construida. Se ha creado un intercambio cultural, literalmente hablando, donde el MTO se ha vuelto su hogar en la ciudad, un lugar donde pueden ver la exposición más reciente, encontrar las sugerencias y los programas que les interesan, hilos de buena calidad para tejer, talleres para aprender y compartir nuevas técnicas.

Así es como queremos mantener el compromiso con los artistas que nos faltan por conocer en los años venideros. Muchas gracias a todas las personas —artistas y público— que forman parte de este espacio dedicado a la cultura textil y que, física o virtualmente, dan vida al museo. Gracias por hacer que nuestro trabajo siga siendo posible.

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