Regresar a la comunidad
Es temprano y estamos platicando sobre la continuidad y transformación de los xó indó (‘patrones de bordado’) en una pequeña casa de lámina con un techo de dos aguas, muy al estilo mazateco. En la construcción de al lado se escucha cómo se preparan tortillas de mano mientras el humo del fogón inunda el espacio; tal vez los restos de la leña carbonizada se utilizarán más tarde como insumo para transferir los dibujos a los lienzos de algodón.
Julia se encuentra recargada sobre una mesa y en el piso yacen agrupados motivos de papel que retratan aves, flores y animales domésticos, algunos están plasmados en hojas de periódico casi por deshacerse. Junto a su familia, ella se ha encargado de crear, preservar, transmitir y renovar los patrones de bordado: tres generaciones de mujeres le preceden en el oficio de dibujantes.
Todo comenzó con la suegra de su abuela hace más de ochenta años; cuando ambas caminaban al mercado de Huautla a vender sus creaciones en los domingos de plaza. Actualmente, Julia es la encargada y los comercializa en la plaza de San Andrés Hidalgo, en el mismo municipio. Estas pláticas que tenemos giran en torno a una investigación sobre la iconografía textil.
Uno de los objetivos particulares de mi servicio social en el Museo Textil de Oaxaca ha sido crear un catálogo iconográfico de los huipiles mazatecos que se encuentran en su acervo, por lo que estas conversaciones con Julia son fundamentales. Los huipiles que se analizaron representan, al menos, a cuatro generaciones de creadoras: sus formas de entender el mundo y el territorio yacen plasmados sobre ellos. Cada naxó (‘flor’) y nise (‘ave’) bordada nos da cuenta de lo importante que es la naturaleza. Cada patrón está asociado también a las entidades sagradas que habitan los pozos, las grutas y los barrancos, a ellas se les entregan aves vivas – como guajolotes y gallos– a modo de ofrenda para el buen trabajo, las cosechas y el dinero. He ahí tal vez uno de los significados de las aves que surcan nuestros textiles.
Con la ayuda de Julia y su mamá pudimos analizar las fotografías de los huipiles que meses atrás había visto en el acervo del MTO, les recordaron a su mamá y abuela, su especial forma de crear cada dibujo, y conforme íbamos avanzando los huipiles les parecieron más conocidos; varios dibujos, incluso, eran de su autoría. Pienso que esta manera de regresar a la comunidad una pequeña parte de su acervo es de gran importancia, teniendo en cuenta siempre que la vestimenta ha sido una forma de autonomía, resistencia y constante transformación; sin embargo, en nuestras comunidades no cesan los procesos de despojo, extractivismo, precarización laboral y narcotráfico, violencias que atentan contra la vida y el territorio que habitamos.
En conclusión, las investigaciones que realizamos desde nuestras propias comunidades deben apostar por el trabajo en colectivo, reforzando el aprendizaje y la enseñanza entre las diferentes generaciones, así como la recuperación de los xo´n indo (‘patrones’) y la dignificación de una labor casi olvidada.
*Originario de Huautla de Jiménez.