Reflexión sobre identidad y cultura en la comunidad sorda
Es intrigante observar cómo se percibe mi identidad como persona sorda a través de las lentes del modelo social con perspectiva médica. Los oyentes a menudo cuestionan mi identidad sorda debido al uso de dispositivos auxiliares y a la comunicación verbal que empleo, mientras que algunos miembros de la comunidad sorda se sorprenden al verme interactuar con oyentes. Esta constante tensión entre identidades refleja que mi realidad va más allá de una simple definición de hipoacusia: mi vínculo con la comunidad sorda es profundo y heredado a partir de tres generaciones de antecedentes familiares sordos. Es así como me encuentro en la intersección de ambas culturas, aprendiendo y compartiendo continuamente. En el contexto del modelo social con enfoque en derechos humanos, mi identidad se define claramente como la de una persona sorda bilingüe.
A partir de esta premisa, me propongo abordar un tema crucial que afecta tanto a los integrantes de la comunidad sorda como a los que están fuera de ella: la cultura en la interpretación. Aunque es más común ver intérpretes de lengua de señas en los medios de comunicación, aún persiste una brecha significativa en la formación y actualización profesional de estos. La verdadera profesionalidad requiere mucho más que la simple traducción de palabras: exige una comprensión profunda de los contextos culturales y éticos en los que se enmarca la interpretación.
Por ejemplo, ¿cómo debe actuar un intérprete cuando, a pesar de conocer los textos sobre Lengua de Señas Mexicana, un miembro sordo usa referencias culturales específicas que pueden no ser evidentes para un oyente? Consideremos los casos de “Mayté” y “Abraham”: estos nombres no solo aluden a personas, sino a la Asociación de Sordos del Estado de Oaxaca y a la iglesia de San Bartolo Coyotepec, respectivamente. Entender estos contextos culturales es esencial para una interpretación precisa y efectiva.
Asimismo, un gesto o seña en el contexto sordo puede ser mucho más que una simple palabra en español y requiere de una narrativa completa. Por ejemplo, una seña que representa “avión” puede transmitir una historia completa a partir de su ubicación, movimiento y contexto visual. Este fenómeno subraya la necesidad de una comprensión y respeto profundos por las particularidades culturales y comportamentales de cada comunidad. La interpretación efectiva no solo requiere dominio del idioma, sino también inmersión en la cultura.
Es crucial que los intérpretes continúen desarrollando sus habilidades y conocimientos por medio de la participación en encuentros y capacitaciones regulares. Eventos nacionales en México como MEBISOR, IPPLIAP y DEAF LITERACY A. C., organizados por y para la comunidad sorda, ofrecen valiosas oportunidades para enriquecer la experiencia interpretativa mediante la interacción con diversas perspectivas.
Consideremos una situación hipotética en la que un intérprete debe traducir a voz a una persona sorda que empieza a relatar una historia fascinante. Sin embargo, si el oyente carece de las competencias lingüísticas necesarias, puede percibir la expresión del relato como deficiente, atribuyéndolo erróneamente a la persona sorda en lugar de reconocer las limitaciones en la interpretación. Si alguna vez has estado en una situación así, sabes lo crucial que es garantizar que la riqueza de la experiencia comunicativa no se pierda en la interpretación.
Los invito a explorar estos temas y a participar activamente en los cursos de Lengua de Señas Mexicana que ofrezco en la Biblioteca Infantil BS, así como en los encuentros y reuniones previamente mencionados. Para aprender verdaderamente, es fundamental interactuar y convivir con la comunidad sorda.