Boletín FAHHO No. 11 (Mar-Abr 2016)

RECUERDOS DE GILBERTO MARTÍNEZ

Alfredo Harp Helú

Conservo recuerdos agradables de todos los maestros y hermanos lasallistas que fueron mis directores y profesores. Siento un cariño especial por el gran manager Gilberto Martínez Soto, “el Chaparro”, mi maestro de sexto de primaria. Con él aprendí a enfrentarme a los problemas que se presentan diariamente; establecimos una amistad que se fortaleció con el tiempo, trabajamos juntos en la escuela hasta que salí de preparatoria, después nos frecuentamos cuando él era director de la escuela Fundación Mier y Pesado y en la secundaria del Colegio Simón Bolívar y también lo seguí en su paso por las escuelas lasallistas de León, Guanajuato. Gracias
a don Gilberto hemos apoyado al Internado Guadalupano que se revitalizó a partir de 1990, ahí habitan niños de la calle, cursan la primaria y se les enseña algún oficio: carpintería, joyería y panadería, entre otras formas de ganarse la vida dignamente. En ese internado, los niños no solamente reciben una formación académica, sino que son aceptados y queridos y, aunque las puertas permanecen abiertas, ninguno se escapa, prefieren llevar una vida cordial.

Con la ayuda de don Gilberto, también formamos un fondo social de apoyo a la educación en zonas marginadas de México, principalmente en la Sierra Tarahumara, Oaxaca, Puebla y Guerrero. Juntos estamos en la tarea de construir una de las mejores escuelas de la república mexicana en la ciudad de Oaxaca. En el periodo de 2002-2003, opera ya la sección preescolar y la primaria, y en los próximos años comenzará la secundaria y el bachillerato. El “Chaparro” Martínez ha sido fundamental en mi desarrollo humano.

Tomado de: Alfredo Harp Helú, Vivir y morir jugando beisbol. México, Amigos de Oaxaca, Fundación Alfredo Harp Helú, 2003.

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