Boletín FAHHO No. 22 (Ene-Feb 2018)

¡QUE VIVA LA SIEMPREVIVA!

Mariana Zardain

En San Antonino Castillo Velasco vive la familia Raymundo, integrada por tres talentosas mujeres portadoras de la hermosa tradición de la siempreviva o flor inmortal. Aunque esta manifestación artesanal resulta muy escasa, la familia Raymundo destaca por el gran amor y entrega que tienen para realizar y conservar su tradición, además de la alta calidad de sus piezas, ganadoras de diferentes reconocimientos. Comenzando por la siembra, pasando a la cosecha, el proceso de secado, hasta llegar a la parte artística con el pintado de anilina y posteriormente la realización de la figura con un armazón de carrizo para recubrir con la misma flor, resulta ser un trabajo bastante detallado y prolongado, que implica un gran esfuerzo, pero que sin duda alguna brinda resultados extraordinarios y una satisfacción única para sus creadoras.

Las piezas que realizan son muy variadas, por lo general se elaboran figuras de santos o vírgenes para los convites o calendas, aunque también dejan volar su imaginación, haciendo gala de grandiosas habilidades al crear, cada una con su toque personal, distintas figuras tridimensionales que son todo un deleite a la vista y al corazón. Buscando honrar y reconocer el trabajo de esta gran familia portadora de una bella tradición, el Centro Cultural San Pablo, en coordinación con Andares del Arte Popular, expone durante el mes de febrero en la Capilla del Rosario una pequeña muestra del gran trabajo de estas mujeres que, con su talento, corazón y entrega, mantienen vida a la siempreviva.

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