Boletín FAHHO No. 11 (Mar-Abr 2016)

PROCESOS DE CLASIFICACIÓN, ORDENACIÓN Y CONSERVACIÓN

Luis Eduardo Sánchez Morales

Detrás de todas las exposiciones temporales y permanentes del museo existe un trabajo continuo en la clasificación y ordenación que deriva de las donaciones anuales recibidas en el museo. Dicho proceso se realiza según el origen de las colecciones, especialmente aquellas que han sido donadas.

El cuidado de un timbre postal requiere en cierta medida los mismos cuidados que un libro o una obra de arte: nivel de luz, temperatura, ambiente, etcétera. Antes de ingresar los timbres postales donados a nuestro acervo es necesario verificar el estado en que se encuentran; revisarlos cuidadosamente para comprobar su estado físico; ver si las piezas no presentan ningún tipo de deterioro o contaminación, como puede ser la presencia de humedad, hongos u insectos. Realizada esta tarea las piezas postales son canalizadas al área de clasificación. En caso de que se encuentren contaminadas deberán ser estabilizadas para evitar la propagación en piezas dentro del mismo acervo.

Cada pieza es cuidadosamente clasificada —utilizamos el catálogo norteamericano Scott—. Las de mayor dificultad de clasificación son las que se emitieron durante 1840-1900, debido a las rarezas filatélicas que existen durante este periodo. Es importante estar seguros de registrar la pieza correcta, tomar en cuenta su número de perforación, dentado en el lenguaje filatélico, las marcas de agua, el tamaño de placa y, en algunos casos específicos, el tipo de papel, que es el trabajo más complicado y de mayor rigurosidad.

Una vez que las piezas están clasificadas conforme a las características mencionadas, se realiza el resguardo y ordenación. Para el caso de las piezas únicas utilizamos cajas de polipropileno. Cuando hay piezas repetidas se resguardan en sobres de papel glassine y estos a su vez en cajas de cartón con refuerzos metálicos. Es de vital importancia que todos estos materiales estén libres de ácido, asegurando así la integridad física y funcional de cada pieza. El orden es simple: los timbres están organizados según el país y año al que corresponden, de esta manera su localización para futuras exposiciones e investigaciones es muy práctica.

Finalmente, toda la información que obtuvimos del timbre es vaciada en nuestra base de datos. Anualmente son miles las piezas postales que ingresamos y miles más las piezas que seguimos recibiendo. En 2015 el número de timbres postales clasificados ascendió a más de 20 000.

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