Premio Federico Sescosse 2021
a la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca
Una de las prioridades de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca es reconstruir México. Juntos recuperamos, como un fino brocado, el patrimonio artístico, lingüístico, musical y edificado, así como la memoria escrita, el tejido social y el cuidado del medio ambiente. Quienes conformamos la Fundación bordamos con firmeza y dedicación una parte del camino de la educación, la cultura, la salud y el deporte.
En 1994, antes de que existiera la FAHHO, Alfredo Harp Helú involucró a Banamex en la restauración del exconvento de Santo Domingo de Guzmán, esa fue la primera fibra hilada, y la trama se ha sostenido gracias al talento de muchas personas, a la participación de los gobiernos y de la sociedad civil, porque “juntos multiplicamos”, como dice Alfredo.
Mientras se concebían proyectos como el de Santo Domingo, o la recuperación de la Capilla abierta de San Pedro y San Pablo Teposcolula, la Fundación gestaba y preparaba su propio nido en la ciudad de Oaxaca; nació el Museo de la Filatelia y el Museo Textil, la Biblioteca Henestrosa, la Casa de la Ciudad, Adabi de México, el Centro Cultural San Pablo, la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, Andares del Arte Popular y el Taller de Restauración; el Museo Infantil de Oaxaca y las Bibliotecas Infantiles. Teje que teje, los espacios de la FAHHO permiten a familias completas tirar de un ovillo y recuperar historias. El lienzo que es la Fundación se va extendiendo: buscamos aliados, se promueve el empleo, la cohesión social; los municipios participan y sus habitantes se involucran, consiguen recursos, ponen mano de obra y materiales, compartimos experiencias y hacemos comunidad.
Así como las aves cuidan a sus pequeños, en las sedes de la Fundación protegemos los tesoros con amor, ya sean libros, textiles, fotografías o estampillas postales, y nuestro mayor interés es compartir este legado con el mundo. Hemos recuperado, reconstruido y dado mantenimiento a edificios enteros, no importa que nos lleve diez, doce o catorce años; los hemos visto surgir, incluso desde sus cimientos. Rescatamos “papeles viejos” e incunables, catalogamos y organizamos libros en lenguas originarias, y les hemos dado el cuidado que se merecen porque contienen la memoria de nuestros antepasados; también fomentamos la lectura y escritura porque confiamos en el diálogo y en la imaginación infinita de niñas, niños y jóvenes. Año con año, sembramos cinco millones de plantas con ayuda de las comunidades, y en la ciudad también bordamos las calles con almas de madera y filigranas de flores, alegrando la vida de sus habitantes, poniendo una costura más a nuestro planeta.
Cada uno de los profesionales que trabajan en la FAHHO es testigo de la importancia que le damos no solo a los edificios, colecciones o acervos, sino al esfuerzo que imprimen en su labor, y de esta manera agradecemos al Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de México el Premio Federico Sescosse, máximo galardón que se ofrece a una trayectoria sobresaliente en favor de la conservación, restauración, cuidado y difusión del patrimonio cultural del país. Es un honor recibir esta distinción, nos motiva a seguir trabajando por nuestro país y a reconocer que nuestros logros son el resultado de la unión de un gran equipo. Juntos multiplicamos y tejemos el gran tapete que merece nuestro querido México.
¡Muchas gracias!