Boletín FAHHO Digital No. 12 (Feb 2022)

Palpar las fibras de un continente

Alejandro de Ávila

En 2020 recibimos la invitación para integrarnos al comité organizador del encuentro Textiles de las Américas, que tuvo lugar en el Museo Ixchel del Traje Indígena, en Guatemala, del 26 al 28 de octubre de 2021. Preocupados por la pandemia, la mayor parte de quienes participamos en el encuentro presentamos nuestras ponencias, preguntas y comentarios de manera virtual. También en línea, obligados por la contingencia sanitaria, en el Museo Textil de Oaxaca inauguramos en esas fechas un servicio que no habíamos visualizado años atrás: una exposición virtual, accesible gratuitamente para todo el público que lee español, compuesta por fotografías, testimonios comunitarios y descripciones analíticas de textiles ejemplares.

Decidimos dedicar la muestra, con respeto y afecto, a Rosario Miralbés Drago, quien fue directora técnica, curadora y conservadora del Museo Ixchel, fallecida en agosto de 2021. Ella visitó el MTO cuando asistió al primer Encuentro de Textiles Mesoamericanos (TEXTIM) en octubre de 2014; permaneció unos días más con nosotros después del simposio, compartiendo gentilmente su vasto conocimiento sobre los tejidos mayas de su país. Gracias a ella, contamos con observaciones tan rigurosas de nuestros ejemplares guatemaltecos como las que tenemos de las piezas mexicanas. Su entrega y pericia en el trabajo museístico nos ha motivado a tejer lazos de amistad con colegas y artistas del telar en otros países hermanos.

Para honrar su memoria, y para ser congruentes con el título del encuentro, nos propusimos como meta cubrir en la exposición todo el continente: desde la Patagonia hasta Alaska. En consonancia con la postura de la FAHHO contra el tráfico ilegal de bienes culturales, nos negamos a incluir textiles precolombinos. Resolvimos privilegiar ejemplos producidos en los últimos cincuenta años. Ilustramos materiales y técnicas vigentes, como también casos que han caído en desuso. Agregamos algunas prendas de la primera mitad del siglo XX, e incluso del XIX, que siguen teniendo una vida social hoy día, al servir como atuendos rituales en celebraciones comunitarias o familiares. En las fotografías acompañantes procuramos mostrar acercamientos lo suficientemente nítidos para entender las estructuras de elaboración. Queremos pensar que la selección que hicimos puede agradar, intrigar y motivar a quienes mantienen vivas las artes textiles en distintos rincones de este hemisferio.

Gracias al altruismo de María Isabel Grañén, Francisco Toledo y Alfredo Harp Helú, ya contábamos con un acervo bastante completo para México y Guatemala desde 2008, cuando el MTO abrió sus puertas. En los años que siguieron, la colección fue creciendo y diversificándose por donaciones adicionales de los titulares de la FAHHO. El generoso legado que recibimos en 2018 de Tony y Roger Johnston, coleccionistas californianos, comprende muchos tejidos extraordinarios de la región andina. En 2021, ya anunciada nuestra intención de montar la muestra virtual, la talentosa artista mexicana Laura Anderson Barbata nos comunicó su deseo de destinar al Museo una colección de plumaria amazónica, saldando así el mayor hueco geográfico en nuestro acervo.

Al ver que se lograba, por gracia de la fortuna, una cobertura territorial equilibrada, le dimos a la exposición el nombre “Fibras de Abya Yala”. Esta denominación proviene del pueblo guna, que vive en el punto medio de nuestro continente. Las mujeres guna son artistas textiles excelsas, como puede apreciarse en la muestra. Abya Yala se traduce como ‘Tierra de sangre vital’, ‘Tierra en florecimiento’ y ‘Tierra en plena madurez’, en contraposición con la noción de “Nuevo Mundo” que impusieron los invasores europeos a partir de 1492. Diversas organizaciones de los pueblos originarios han optado por usar Abya Yala para designar a este continente y manifestar así su desacuerdo con la palabra “América”. El rechazo a ese nombre, impuesto desde Italia, es un acto de resistencia, tras quinientos años de colonialismo. Es también una expresión de amor a la tierra, inseparable de la gente que la habita, noción radicalmente opuesta a la concepción del territorio como botín de conquista.

Si bien el nombre mismo de la exposición busca hacer patente un compromiso de solidaridad con los pueblos originarios del continente, desde un inicio elegimos incluir también textiles provenientes de las comunidades mestizas, afrodescendientes y euroamericanas de todo el hemisferio. Aquí nos sonrió de nuevo la sincronicidad al encontrar en nuestra búsqueda ejemplos notables de distintas latitudes. Ahora reconocemos con candor que ignorábamos por completo a algunas de esas tradiciones, como las prendas blancas con adornos calados que distinguen a las mujeres devotas del culto del candomblé en Brasil, o los bordados multicolores y vibrantes del pueblo saramaka en la Guayana francesa.

Desconocíamos también el sentido de un diseño recurrente en las comunidades quechuas de la región del Cuzco, en Perú. En 1780, José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, dirigió la rebelión de las comunidades andinas contra el imperio español. Proclamó por primera vez la libertad de Hispanoamérica, así como el fin de la explotación de los pueblos originarios y la abolición de la esclavitud de las comunidades afrodescendientes. Túpac Amaru fue martirizado jalando un jinete de cada una de sus extremidades; al no lograr descuartizarlo por su fortaleza, sus verdugos procedieron a degollarlo ante los ojos de su hijo menor de edad.

Cuāuhtemōc, último tlahtoāni de Tenochtitlan, enfrentó guerra, hambruna y epidemias cuando algunos cientos de soldados españoles, y varias decenas de miles de guerreros indígenas aliados de Hernán Cortés, sitiaron a la capital mexica durante ochenta días hasta su rendición en 1521. La ciudad fue devastada y más de cien mil personas murieron. Cuāuhtemōc fue torturado, quemándole manos y pies; cuatro años después fue ahorcado por orden de Cortés.

Túpac Amaru y Cuāuhtemōc encarnan la resistencia heroica de los pueblos originarios de Abya Yala ante la invasión y el colonialismo. Las artistas textiles son conscientes de esta historia de quinientos años de infamia: en prueba de ello incorporamos a la muestra, como piezas protagónicas, una faja peruana que ilustra el martirio de Túpac Amaru, y un bordado mexicano que representa la tortura de Cuāuhtemōc: un paño de altar para la danza de concheros.

Después de preparar esta exposición a lo largo de varios meses, nos complace sentir, al igual que en la representación bordada de un martirio, cómo algunos tejidos dialogan con otros, cuando vemos juntos en pantalla los ejemplos procedentes de regiones distantes. Las grecas en una waka (faja) boliviana son afines al diseño de una prenda wixárika, 6000 km al norte. El águila de dos cabezas en un manto tlingit de Alaska tiene contrapartes en México, en Guatemala y de nuevo en los Andes. No es nuestra intención rastrear la presunta difusión de figuras o símbolos de una zona a otra. Tampoco buscamos desentrañar una estética esencial y mítica, supuestamente compartida por los pueblos originarios en las artes visuales. Lo que nos conmueve es constatar una y otra vez cómo se plasma una voluntad de belleza y resistencia en los telares de todo el continente.

No hemos visto ninguna exposición previa o publicación alguna con esta amplitud de miras en el ámbito del tejido. Conocemos gruesos volúmenes en inglés acerca de los textiles africanos y asiáticos,1 pero ninguno dedicado a este hemisferio. En otras palabras, la mitad del mundo carecía hasta ahora de un espacio de observación, intercambio y reflexión a partir de los hilos. Somos pioneros en este terreno. Nos congratulamos por este logro colectivo que refleja, de forma palpable, las posibilidades de innovación en nuestro museo, gracias a la filantropía y la libertad de trabajo en la FAHHO… incluso en tiempos de pandemia.

Agradecemos a Claudia Rocha Valverde, organizadora principal de “Textiles de las Américas”; Violeta Gutiérrez Caxaj, directora del Departamento Técnico del Museo Ixchel y Bárbara Knoke de Arathoon, investigadora destacada de los tejidos guatemaltecos, quienes recibieron con entusiasmo nuestra propuesta para vincular la exposición virtual con el encuentro y nos alentaron a terminarla.

1 Véase, por ejemplo: Kahlenberg, Mary Hunt et al., 2001, Asian costumes and textiles: from the Bosphorus to
Fujiyama, Skira,
Milán; Gillow, John, 2003, African textiles, Chronicle Books, San Francisco.


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