Boletín FAHHO No. 35 (Mar-Abr 2020)

Palacio municipal de Santo Domingo Tehuantepec

Marco Peralta Velasco

Una de las características que distingue la arquitectura porfiriana es el uso de diferentes estilos, así como materiales, sistemas constructivos y decoraciones. Esto era parte del desarrollo arquitectónico y de la influencia francesa que había llegado a México. En Oaxaca, un claro ejemplo es el Palacio Municipal de Santo Domingo Tehuantepec, que se ubica al sur de la plaza central del municipio. Es un edificio con elementos neoclásicos combinados con elementos decorativos que conforman un lenguaje ecléctico muy característico de la época. 

La arquitecta Marisela Navarro Aguilar, en su investigación sobre la “Modernidad durante el porfirismo en Tehuantepec”, toca de manera puntual la construcción realizada en esos años, y afirma que el entonces gobernador del estado de Oaxaca, el general Martín González y Juana Cata Romero apoyaron para llevar a cabo la obra. Navarro refiere que el partido arquitectónico giraba en torno a un patio central de disposición rectangular delimitado por cuatro corredores, era un espacio de transición hacia las áreas administrativas. 

Cada crujía del inmueble cuenta con una altura cercana a los seis metros, y los muros de tabique rojo llegan a tener hasta de 1.25 m de espesor. La fachada principal mantiene una respuesta formal de dos niveles. En la planta baja se encuentran los portales con una arquería de medio punto. Cada arco se encuentra flanqueado por una serie de columnas pareadas que tienen una continuación hacia la segunda planta, y están coronadas por capiteles de estilo dórico. La fachada se divide en tres, la parte central se remata con un frontón calado, que se caracteriza porque en el tímpano se integra un reloj. Parte de los elementos constructivos son reflejo del desarrollo industrial de la época, cuando la combinación del hierro con los materiales tradicionales abrió las posibilidades para nuevas conformaciones espaciales y para el ahorro de tiempo de ejecución. En las bóvedas de los entrepisos y cubiertas se utilizaron rieles de hierro para elaborar bóvedas catalanas con ladrillos colocados sobre los rieles, lo que generaba una curva suave hacia el centro. 

Debido a los sismos ocurridos el pasado mes de septiembre de 2017, el inmueble sufrió daños severos en su estructura. La presencia de grietas en el frontón es significativa, una de ellas se va de extremo a extremo, pasando justamente por donde se localiza el reloj. Algunas grietas se encuentran en las fracciones oriente y poniente. Actualmente, los arcos se encuentran apuntalados, y hay otros daños, como el desprendimiento parcial de aplanados. 

La FAHHO, a través del programa de “Apoyo a las zonas afectadas por los sismos de 2017”, repara actualmente en el frontón. Los trabajos preliminares consisten en la colocación de protecciones mediante placas de madera y andamios para liberar los aplanados existentes, y dejar libre el área afectada por las grietas y fisuras. Para la consolidación de la grieta se requiere la liberación de las piezas de ladrillo fracturadas y la integración de piezas nuevas mediante la técnica de mueleo, para que se forme una especie de costura con la parte que se encuentra en buen estado y lo integrado. Se realiza el mismo procedimiento con las cornisas y, una vez firme todo el elemento, se integran los aplanados y molduras. La FAHHO se propone recuperar el esplendor de esta gran ciudad, conservar la riqueza de la arquitectura local de diferentes temporalidades y reforzar la importancia de Tehuantepec, como la segunda ciudad colonial con mayor número de ejemplos arquitectónicos catalogados en el estado, después de la ciudad de Oaxaca. 

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