Boletín FAHHO No. 9 (Nov-Dic 2015)

OLIVIA GORRA: EN BUSCA DE LAS PARTITURAS

Ruth García-Lago

La cantante de ópera Oliva Gorra quiso ir más allá de su trabajo operístico y se impuso dos tareas: por un lado, rescatar las partituras perdidas —piezas de papel donde están escritas las páginas de la música mexicana— de músicos mexicanos; por el otro, crear un concurso de canto, que lleva su nombre, para dar a conocer a los nuevos talentos de la ópera mexicana.

La preocupación por las partituras la tenía desde hacía mucho tiempo, cuando se dio cuenta de que había partituras de compositores mexicanos que estaban perdidas, maltratadas, mal conservadas o, como ella cuenta, sus propietarios “no saben qué es lo que tienen”.

Estando invitada en la ciudad de Perm (Rusia) en la convocatoria de un concurso de canto, se anunció una categoría especial de las Estrellas de Olivia Gorra. Ahí pudo escuchar a los participantes y pensó que lo que a ella realmente le gustaría oír cantar a los jóvenes era “la canción tradicional del folclor ruso”.

Cuando regresó a México, una idea le empozó a rondar la cabeza. Hacer un concurso de canto donde las piezas musicales que interpretaran los concursantes fueran sólo de compositores mexicanos, algunos del siglo XIX, especialmente del Romanticismo.

Entonces, emprendió la búsqueda de esas partituras para el concurso. “Busqué todas las partituras que pudimos. La verdad es que las bibliotecas se portaron muy bien”. En un trabajo de equipo, con mucha gente que la apoyó, Olivia Gorra afirma que empezó “un rescate muy bonito porque mucha gente ya está empezando a ir a las bibliotecas a buscarlas, tienen curiosidad. Ya plantamos esa semilla de la curiosidad: de dónde viene esta música, qué es lo que existe, cómo suena”. Para que los que están estudiando música y canto aprecien y sepan interpretar la música de su país. Y, a la vez, que las partituras se cuiden y sean accesibles a los estudiantes.

Se abrió la convocatoria, empezaron las pruebas… Pero, como cuenta la cantante veracruzana, “fue muy difícil, pues había que tener recursos. Hice algunos conciertos para cubrir los gastos y, aparte, me facilitaron un poco la vida con el apoyo que nos dieron en el Centro Nacional de las Artes (Cenart). La verdad fue un superapoyo, si no, no me hubiera atrevido a hacerlo. Tuvimos el apoyo de amigos, mi esposo, por ejemplo, la familia fue muy importante. Y también los medios de comunicación, para hacer la promoción, la publicidad. No dejó de ser difícil. Muchos días estuve sin dormir, sin cantar. Me tenía muy estresada esto”.

Llegó el momento del concurso y el pasado 13 de septiembre fue la final en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) de la Ciudad de México. Tres fueron los ganadores: Ana Rosalía Ramos (1988, Celaya, Guanajuato), Scherhezada Cruz (1985, Distrito Federal), y Alfredo Carrillo (1983, Durango, Durango). Neri Ramírez (1985, Distrito Federal) fue reconocida con el Premio Fundación Alfredo Harp Helú a la Mejor Interpretación. Los que llegaron a la final interpretaron canciones de Melecio Morales, Blas Galindo, Francisco Martínez, Carlos Chávez, Ricardo Castro, Ángela Peralta, Carlos Mabarak, Manuel M. Ponce, María Garfias, Lorenzo Barcelata, Guty Cárdenas, Mario Ruiz Amengol y Jorge del Moral.

Como broche de oro, una semana después, los cuatro cantantes —acompañados al piano de James Demster— estuvieron en Oaxaca invitados por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, en el Teatro Macedonio Alcalá, donde una Oliva Gorra emocionada los presentó y dijo que “inician una nueva etapa en su vida musical” y llevarán a todos los escenarios del mundo el legado musical de México, el que ella tanto defiende y busca resguardar. El público oaxaqueño los recibió con aplausos y fuertes “¡Bravo! ¡bravo!”.

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