Oaxaca y Japón se entrelazan con música tradicional
Oaxaca, Oax.- Después de dos días intensos del Taller de shakuhachi, flauta tradicional de Japón, el maestro Meizan Yamagami ofreció este miércoles un concierto en el Claustro del Centro Cultural San Pablo, en el que compartió una parte de la riqueza musical de su país.
Yamagami es el primer artista que participa en el proyecto Música de los pueblos del mundo, que impulsan la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova y Pasatono Orquesta, que tiene como objetivo enlazar la tradición musical de otras latitudes con la diversidad sonora de Oaxaca.
Minutos antes del concierto, Rubén Luengas, director de Pasatono Orquesta, y Sergio Navarrete, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), precisaron que el programa pretende encontrar un punto de unión entre culturas musicales e invitar a los oaxaqueños a participar en esta rica serie de experiencias.
El sonido de la shakuhachi comenzó a oírse en San Pablo después de las palabras de Luengas y Navarrete. En el escenario, Meizan Yamagami, acompañado de su paisana, la violinista Rie Wanatabe, una de las personas que hizo posible este encuentro y que fungió como traductora, dio la bienvenida al público con la interpretación de Tamuke (El rezo), un tema que, a decir del artista, siempre se toca como un acto de agradecimiento.
Kangetsu (Luna fría), Kikyô (Flor japonesa), complementaron el inicio de este recital hasta que Wanatabe se subió al escenario para ejecutar, al lado de Yamagami, la pieza Harumno umi (Mar de primavera), mientras el público disfrutaba de las melodías desprendidas de la shakuhachi. Esta flauta tradicional de bambú llegó de China a Japón en la época de la dinastía Tang (618-907 d.c.) y se convirtió en uno de los instrumentos de música sagrada, de alabanza a la realeza Gagaku.
A medio concierto, a los dos músicos se les sumó Nayuta Tsugaoka, quien complementó el concierto con su sanshin, instrumento de tres cuerdas, en la interpretación de Meikyo (Espejo luminoso), compuesta hace más de 30 años.
Uno de los momentos más álgidos de la presentación se dio cuando los alumnos del taller de shakuhachi llegaron al escenario para sumarse al trío de japoneses que mantenía cautivo al público. Entre aplausos, los estudiantes, en su mayoría músicos de Oaxaca, tomaron sus posiciones sobre la tarima para mostrar lo que aprendieron durante los dos días de clases.
En un inicio, los talleristas realizaron un ejercicio de improvisación con las flautas, minutos después, dirigidos por el maestro, entonaron el popular tema peruano El cóndor pasa, en donde la música de la flauta se mezcló con la de los tambores que algunos alumnos tocaron.
El final llegó con Ue o muite arko (Camino mirando arriba), pieza que reunió a todos los músicos en el escenario y que además hizo que el público los acompañara con un coro que improvisó Nayuta Tsugaoka, quien dirigió a los presentes hasta culminar con un sonoro aplauso.
La segunda sesión del programa Música de los pueblos del mundo se realizará en el próximo mes de octubre y contará con la presencia de un músico originario de Mali, África.