Mitla en la mirada de José Patricio Nicoli
José Patricio Nicoli llegó a Oaxaca en la década de los setenta del siglo XIX como secretario del general sonorense Ignacio Alatorre, quien dirigía las fuerzas juaristas para pacificar el estado sureño, desestabilizado por Porfirio Díaz y su Plan de la Noria. Nicoli aprovechó la estancia para visitar algunos pueblos “cercanos” a la capital oaxaqueña, entre ellos, Cuilapam, Santa María del Tule y Mitla. Sobre lo que vio en aquellos lugares, Nicoli escribió una serie de notas que, con el título de Recuerdos de Oaxaca, fueron publicadas, primero, en el diario El Federalista, y en 1875, en el periódico oaxaqueño El Regenerador.
En la nota dedicada a Mitla, Nicoli señala que el nombre de ese lugar en zapoteco es Lioaba, que significa ‘lugar de descanso’, “[…] porque aquí venían a descansar para siempre los monarcas de la nación”. Nicoli se admiraba de la capacidad que habían tenido los antiguos habitantes de Mitla para construir sus edificios y decorarlos con “mosaicos de piedra porfirítica primorosamente labrados”, pues, antes de la llegada de los españoles no poseían herramientas de hierro. Al ahora llamado Palacio de las Columnas lo describía como “una sala amplia y elevada, con seis columnas de pórfido que han provocado la admiración de los viajeros”.
Llama la atención que Nicoli cita las observaciones que había hecho Eduard Mühlenpfordt –originario de Hannover, Alemania– quien, en la década de los veinte del siglo XIX, había llegado a México como empleado de la empresa británica Mexican Company: “Con cuánta elocuencia expresa su indignación el célebre viajero alemán Mühlenpfordt, visitando las ruinas en 1830, el amigo de la historia antigua, no sólo de este país sino de todo el género humano, no puede, sino con profundo dolor, contemplar la destrucción de estos monumentos tan notables”. Es probable que Nicoli haya tenido a su alcance un manuscrito del alemán sobre Mitla, que todavía en 1835 formaba parte del acervo del Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca.
Nicoli concluye su nota celebrando que, para fortuna de los amigos del arte y la historia antigua, no se había cumplido la profecía de un anticuario oaxaqueño, quien, en 1852, aseguró que dos años de total abandono bastaban para la destrucción completa de los edificios de Mitla: “[Aún] se levantaba como un vapor la memoria de un pueblo grande, aunque desconocido”.
Patricio Nicoli es parte de quienes escribieron sobre Mitla en el siglo XIX; lista integrada por el matemático alemán Eduard Mühlenpfordt (1830), el expedicionario francés Désiré Charnay (1857), y el norteamericano Adolph F. Bandeleir (1881)