Misterio y el arte de la duda
La imagen que ilustra el Diccionario Enciclopédico de la Lengua Castellana, es una obra de Édouard-Henri Avril (1849-1928) y de los grabadores Narcisse Navellier (1837-1907) y Alexandre Léon Marie, quien trabajó con Navellier de 1855 a 1906. El lexicógrafo y catedrático español Manuel Alvar Ezquerra plantea que uno de los grabadores también podría ser el escultor Édouard Navellier (1865-1944), hijo de Narcisse. Alvar Ezquerra nos describe esta ilustración magistralmente:
En el centro de ella, en una cartela, se representa sentada en un exterior a Minerva –o Atenea–, con gesto pensativo, leyendo un libro, con los atributos de la sabiduría, no de la guerra. A la izquierda de la imagen, al fondo se ve un templo, el de la sabiduría. El brazo de la diosa se apoya sobre otros libros cerrados que hay sobre un capitel jónico; en el tejuelo de uno de ellos está escrita la palabra lexique, alusión inequívoca al Diccionario Enciclopédico, y a la protección que le concede la diosa. A la izquierda de la imagen se representan las artes; unos pinceles para la pintura, el propio templo para la arquitectura, el capitel para la escultura. Al otro lado, lo representado son las ciencias: una piedra vertical con la imagen de lo que parece un fósil de un reptil, para la zoología y la geología, delante de la cual hay un astrolabio, sobre el que están unos instrumentos ópticos, para la astronomía y la navegación, y, delante, un cartabón para la geometría. Sobre la figura y bajando hacia la derecha vemos un árbol y otras plantas para simbolizar la botánica. Alrededor de esta cartela aparece un gran follaje de hojas de acanto, en cuyos huecos hay una treintena de imágenes que hacen referencia a ciencias, artes, técnicas, instrumentos, naturaleza…, esto es, el contenido del diccionario. El nombre del autor de la estampa se ve nítidamente en el ángulo inferior de la izquierda de la cartela central: P. Avril, mientras que el de los grabadores, Navellier-Marie, está en el ángulo inferior derecho del conjunto.
Veamos qué nos dice sobre el misterio este diccionario decimonónico:
Misterio [Del lat. Mysterium]
- Arcano o cosa secreta en cualquier religión.
- En la religión católica, cosa inaccesible a la razón y que debe ser objeto de fe. “Confesar quiero en presencia del cielo y de la tierra y sus moradores, y del criador universal de todo y Dios eterno, que llegando a tomar la pluma para escribir el arcano misterio de la Encarnación, desfallecen mis flacas fuerzas, enmudece mi lengua y se hielan mis discursos” (M. Agreda).
- Cualquier cosa arcana o muy recóndita, que no se puede comprender o explicar. “Hija mía, procura con todo tu afecto no olvidar en tu vida la noticia de los misterios que en este capítulo te he manifestado” (M. Agreda).
- Negocio secreto o muy reservado. “Sólo Antoñona, que era un lince para todo, y más aún para las cosas de su niña, había penetrado el misterio” (Valera).
- Cada uno de los pasos de la sagrada vida, pasión y muerte de Jesucristo,
cuando se consideran como separación. “Los Misterios del Rosario”. - Cualquier paso de éstos o de la Sagrada Escritura, cuando se representan con imágenes.
- Ceremonias secretas del culto de algunas falsas divinidades, o de cualquiera asociación o secta.
- Nombre genérico con que se designaban ciertas piezas de teatro representadas en la edad media, cuyos asuntos estaban sacados de la Biblia, del Nuevo Testamento, o de la vida de los santos, y en las cuales se hacía intervenir a Dios, a los ángeles, a los diablos, etc.
- Hablar uno de misterio. Fr. Hablar cautelosa y reservadamente, o afectar oscuridad en lo que dice, para dar en que entender y que discurrir a los que oyen.
- Hacer misterio. Fr. Hablar de Misterio.
- No ser una cosa sin misterio. Fr. Fig. No haber sido hecha por acaso y sin premeditación, sino con motivos justos y reservados.
Sinon. Misterio, Secreto. Misterio significa la cautela, reserva y oscuridad con que manifestamos un pensamiento o participamos una cosa reservada para dar que entender y que discurrir a los que nos oyen. Secreto es el silencio cuidadoso de no revelar ni descubrir lo que conviene que esté oculto. Estas palabras se diferencian en que el Misterio es un modo de hablar y el Secreto un medio de callar lo que nos conviene. Se guarda un secreto siempre y cuando, resistiéndonos a las sugestiones de los que ponen a prueba nuestro silencio meditado, no manifestamos el hecho o la idea que nos puede perjudicar. Se guarda misterio cuando enunciamos con palabras y maneras cautelosas lo que debemos callar.
El secreto es una virtud, el misterio una debilidad. El secreto es propio de los hombres de carácter; el misterio de las personas que pueden seducirse con facilidad. El secreto representa una idea grande y consecuente.
Un diccionario es un lugar en donde el misterio habita y descubre, en sus voces y acepciones, el camino que permite comprender y descubrir innumerables maneras de despejar una duda, conocer la raíz etimológica de las palabras, una “definición, equivalencia o explicación”. En el Diccionario Enciclopédico de la Lengua Castellana de Elías Zerolo, et. al. (1895) encontramos el misterio mismo y sus profundas implicaciones. Un diccionario es, si se mira bien, el instrumento más acabado del arte de la duda.
https://dle.rae.es/misterio?m=form
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6465997.pdf