Boletín FAHHO No. 32 (Sep-Oct 2019)

MIS VACACIONES EN LA BIBLIOTECA MÓVIL

Mar Alvarado González

Mi nombre es Mar Alvarado González, tengo nueve años y soy de Santa María Huatulco. Normalmente, durante mis vacaciones de verano viajaba a un lugar muy lejano. Por las mañanas salía a caminar con mi perrita Luzia, por las tardes me iba con mi abuela a tomar un helado y al regresar a casa le daba de comer croquetas a mi amiga Luzia.

Estas vacaciones fueron diferentes en la Biblioteca Móvil que estuvo de visita en Huatulco. La primera semana se estacionó en La Crucecita y la segunda semana en San Agustín, donde mi mami pasó toda su infancia y además es mi playa favorita. Yo no pude estar los días de los talleres en esos lugares, porque están un poco lejos de donde vivo, pero fui a visitar a los niños para que me contaran cómo les había ido, y si me recomendaban que yo fuera cuando estuviera en mi comunidad. Todos me dijeron que los promotores eran muy divertidos, buena onda y además traían muchos libros, juegos, proyecciones y telescopio. Yo le pregunté a mi papi que si era verdad que en ese carro traían todo eso, y él me contesto que sí, pero que mejor fuera al taller para que yo misma lo viera. La verdad no tenía muchas ganas de ir porque era muy temprano y las vacaciones son mi oportunidad para levantarme tarde. Cuando le dije a mi mami que siempre sí iría se puso muy contenta y comenzó a buscar todos los materiales que necesitaba. Me dio mucha risa cuando encontré un calcetín viejo de mi papi dentro de la bolsa de los materiales, que después se convirtió en Lesliee, otra de mis mejores amigas, aparte de Luzia mi perrita, arcoíris mi quitapesares, barrigón, Adita y Suri.

Me gusta leer mucho porque aprendemos sobre la vida de muchos personajes y también la vida de los escritores, y además los libros inspiran a niños y a todos los adultos. La Biblioteca Móvil nos ayudó a reciclar para cuidar el planeta, a no tirar mucha basura, a crear banquitos y bolsas con cosas que pensamos que ya no sirven pero que le podemos dar otro uso. Nos dio la oportunidad de aprender cosas nuevas con libros y ayudó a inspirar nuestra imaginación. Recuerdo mucho a Mauricio, un niño muy listo que fue al taller pero que también a veces era muy gritón, me encontré con compañeros talentosos, amigables y a veces irritantes.

No quiero que se vaya la Biblioteca Móvil, ojalá en los días de escuela regresen para que me ayuden con mi tarea, creo que sería muy feliz. Los libros me gustaban, pero creo que ahora me gustan más, me gustan con dibujos y letras, pero mis preferidos son los libros muy viejos, con muchas letras chiquitas y que huelen como a cosas guardadas. Ahora sé que la Biblioteca Móvil no solo me gustó a mí, también les gustó a los niños de La Cruz y de San Agustín, y no estaban equivocados cuando me hablaron cosas bonitas de los promotores. Cuando mi abuela que estaba de visita en la casa se regresó a su pueblo hace unos días, sentí mucha tristeza, no pude dejar de llorar por mucho tiempo, y creo que lo mismo me pasó a mí y a los demás niños que asistieron a los talleres, nos pusimos muy tristes cuando la Biblioteca se fue. Espero que no nos olviden nunca y que nos vuelvan a invitar. La Biblioteca Móvil me puso muy feliz a mí y a todos los niños de mi comunidad. ¡Ojalá vuelva pronto!

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