MI LENGUA Y MI CULTURA VALEN MUCHO
La colección Literatura en Lenguas Mexicanas tiene por objetivo crear y estimular al público a leer libros monolingües en lenguas indígenas.
Textos de Carlos Monsiváis, Rosario Castellanos, Juan José Arreola y Elena Poniatowska, entre otros escritores mexicanos, fueron traducidos para crear la colección Literatura en Lenguas Mexicanas (Lileeme), un proyecto que tiene por objetivo crear y estimular al público a leer libros monolingües en lenguas indígenas y que se presentó, en su traducción al mixteco, en San Juan Mixtepec.
En presencia de las autoridades municipales, maestros de la zona y habitantes del pueblo, Rasheny Lazcano Leyva, editor y responsable de este proyecto, dijo que para la realización de la colección se contó con la participación del antologador Lauro Zavala, quien se encargó de seleccionar los más de 100 textos cortos de 59 autores mexicanos que fueron traducidos al mixteco, el zapoteco, en su variante del Istmo de Tehuantepec, y al mixe, en dos de sus variantes: la de Ayutla y la de Santa María Tlahuitoltepec.
“La idea, cuando salió esta colección, era hacer una gran colección de traducción de literatura universal a lenguas indígenas; traducir textos que atrajeran la lectura de los chavos. El objetivo principal es rescatar la lengua, por un lado, pero creemos que en un futuro se puedan crear escritores en lenguas indígenas”, comentó Lazcano Leyva. Con la visita a San Juan Mixtepec concluye la serie de presentaciones que se realizaron a lo largo del año pasado, cuando los traductores participantes se reunieron con el público para poner a su disposición el trabajo literario que comenzó en el 2012 y que logró la edición de 2000 ejemplares por cada una de las lenguas indígenas de Oaxaca que fueron seleccionadas para ser parte de esta colección.
Sebastián van Doesburg, director de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, institución que se sumó al proyecto a través de la capacitación de traductores, resaltó la importancia de esta colección de libros ya que “cada pueblo que cultiva y conserva su propia lengua también cultiva una identidad. Pocos elementos de nuestro patrimonio son tan significativos para darnos una identidad que la lengua que hablamos”.
Agregó que “la diversidad y riqueza lingüística del estado de Oaxaca es un patrimonio cultural importante. Hoy en día las nuevas generaciones de muchas comunidades dejan de hablar la lengua de sus padres y eso nos preocupa mucho. La lengua es una riqueza, hablar una lengua extra es una riqueza. El hecho de que muchas personas de la comunidad de Mixtepec conserven su propia lengua los hace culturalmente mucho más ricos”.
Por su parte, Celerina Sánchez Santiago, la poeta que hizo posible la traducción de los textos del español al mixteco, dijo que, aunque la antología no reflejaba el “pensamiento y la palabra de los mixtecos”, tiene la importancia de hacer presente una lengua que tiene 8 000 años de historia “nos debemos sentir orgullosos porque venimos con una lengua y una cultura milenarias, una cultura que, si la dejamos ir para siempre, habremos perdido 8 000 años de historia.
“Es cierto —dijo— nos llamaron pobres. Nos dijeron que nosotros no podríamos escribir, nos dijeron que nuestra lengua no valía y nosotros nos lo creímos y nos olvidamos de nuestra historia y de que podíamos hablar con la tierra, el sol y la lluvia. Cuando iban a venir las lluvias hacíamos fiesta. Ahora muchos de nuestros pueblos han olvidado esto y me gustaría que este día fuera el inicio de lo poco que he aprendido en el camino: que mi lengua y mi cultura valen mucho”.
Además de Celerina Sánchez Santiago, los traductores que participaron en el proyecto son: Yásnaya Aguilar, quien tradujo los textos al mixe de Ayutla; el colectivo Colmix, responsable de la traducción al mixe de Tlahuitoltepec; y Víctor Cata, quien se encargó de las traducciones al zapoteco del Istmo.