Boletín FAHHO Digital No. 13 (Mar 2022)

Mantenimiento de la Biblioteca Francisco de Burgoa

Ana Rodríguez

Los libros han sido el medio para la expansión del conocimiento. Concentrados en las grandes bibliotecas —construidas y enriquecidas por el hombre—, son el instrumento perfecto para iluminarse e instruirse. Hoy en día sobreviven obras valiosísimas producidas en el mundo prehispánico, algunas otras, traídas del viejo continente y que resistieron tormentas, asaltos y naufragios, a los que además se han sumado las obras producidas en el “Nuevo mundo”.

La preservación de estos materiales puede verse afectada por diferentes catástrofes imposibles de evitar. Entre los eventos que en la historia han arrasado con los recursos bibliográficos más valiosos de la humanidad se encuentra el caso del incendio del Museo Nacional de Brasil, que resguardaba una de las colecciones más antiguas del mundo. Desde 2014, el museo había dejado de recibir ingresos para su mantenimiento, por lo que las paredes se encontraban en pésimo estado y todo el cableado estaba expuesto. Así, el 2 de septiembre de 2018, cerca del 90% de las piezas del museo se incendiaron, aboliendo una parte de la memoria de la humanidad.

Una de las bibliotecas más importantes de México se encuentra en Oaxaca, la Biblioteca Francisco de Burgoa, antes llamada “Biblioteca Vasconcelos”, perteneciente a la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y ubicada en el exconvento de Santo Domingo de Guzmán. Luego de ser intervenido en 1994, este espacio pudo acoger, en 1998, la colección constituida por treinta mil valiosos ejemplares que conforman cuatro fondos: antiguo, histórico, moderno y de colecciones. La biblioteca, que en su momento fue el primer proyecto activo, ofrece hoy en día la restauración de materiales bibliográficos e históricos en su taller especializado.

A partir de su reubicación y catalogación, iniciadas en el año de 1993 gracias al interés del maestro Francisco Toledo, se sumó prontamente Fomento Social Banamex para la restauración y rehabilitación del exconvento, así como para la fabricación del mobiliario destinado al acervo. Por esas fechas comenzaba a surgir la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. A finales de 2021, y a 25 años de la apertura de este recinto, la Dra. María Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la FAHHO y directora de la Biblioteca Francisco de Burgoa, encaminó un proyecto de mantenimiento del ala norte del exconvento, el espacio ocupado por la biblioteca.

Mediante un convenio entre la FAHHO y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, realizado a finales del año 2021 y principios de este 2022, se llevó a cabo el proyecto de instalación eléctrica de la Biblioteca, cuyo principal objetivo consiste en cumplir con las normas actuales de seguridad que la Unidad de Verificación de Instalaciones Eléctricas (UVIE) establece, ya que, desde la restauración inicial del edificio, el sistema eléctrico con que contaba la biblioteca se encontraba obsoleto y no cumplía con las normas de seguridad vigentes.

Con el objetivo de preservar la calidad del acervo bibliográfico —y del edificio— se contó con el análisis de especialistas de diversas instituciones, entre ellas de la UVIE. Los dictámenes concluyeron que existía un terrible riesgo de que se originara un incendio, pues no se contaba con planos, memorias de cálculo, diagrama unifilar, cuadros de cargas o registros de la instalación eléctrica y, a su vez, dicha instalación se encontraba desprotegida frente a cortocircuitos y descargas eléctricas; los tableros eran obsoletos, se encontraban dañados y con piezas, como tornillos y tapas, vencidas. Parte de las luminarias y balastros que alcanzan altas temperaturas, así como los registros eléctricos, estaban en contacto con los libreros, por lo que, en caso de fallar, habrían hecho contacto con la madera y el papel de los libros; además el cableado y aislamientos se encontraban deteriorados por el uso y la temperatura. La rehabilitación completa de la instalación eléctrica consistió en realizar el descableado, desmontaje de luminarias, tuberías, tableros e integraciones de registros, centros de cargas, cajas, tuberías, interruptores termomagnéticos, cableado y luminarias, entre otros.

El acervo de la Biblioteca Francisco de Burgoa cuenta con una instalación eléctrica segura e iluminación adecuada, con lo que se encuentra protegido del riesgo que representa un incendio. La pérdida de una biblioteca constituye una de las destrucciones culturales más lamentables por las que puede atravesar la humanidad, y compete a cada institución recapitular y proceder en las medidas, actualización de tecnologías y revisión del apego a las normas de seguridad necesarias para su preservación.


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