Los mejores Diablos Rojos de la historia
Aunque el título de la nota pudiera parecer exagerado, la temporada regular de los Diablos Rojos de 2024 ha resultado un éxito rotundo, al grado de que se quedaron cerca de ganar el 80 por ciento de sus juegos, con un registro de 71 triunfos y 19 derrotas, estableciendo un porcentaje de victoria de .789, algo nunca visto en un calendario programado de al menos noventa encuentros.
Los Rojos fueron capaces de mantener un paso avasallador durante la campaña, después de un espectacular inicio de año al vencer, en un par de juegos de exhibición, a los Yanquis de Nueva York. Esto logró sumar siete victorias consecutivas desde el duelo inaugural, imponiendo una marca para el club en sus 84 años de existencia.
Con el aporte indiscutible de Robinson Canó, campeón de bateo, y Trevor Bauer, monarca de juegos ganados y de ponches, el gran éxito del equipo escarlata radicó en un auténtico juego de conjunto, en donde cada pelotero supo entender su función y la ejerció cumpliendo con los estándares esperados. En un roster plagado de estrellas, los Diablos no dependieron de nadie para conseguir sus victorias y cada día hubo un héroe distinto.
De manera colectiva, los Rojos del México ocuparon el primer lugar de bateo y el segundo de picheo, balance que no se veía desde el 2015, cuando el equipo fue el líder a la ofensiva y el tercero mejor desde la loma de la serpentina. Es imperativo subrayar que en lo que a los lanzadores se refiere, el staff de brazos comandado por Roberto Espinoza peleó hasta el último juego de la temporada por la primera posición, algo que no han obtenido los multicampeones desde la década de 1970, cuando la estadística comenzó a realizarse oficialmente. La diferencia con los Toros de Tijuana, líderes en 2024, fue de apenas dos centésimas.
Se sabe que la postemporada es una historia aparte, para la que no contamos con una bola de cristal que nos permita predecir el futuro; lo cierto es que la afición de la Pandilla Escarlata vivió una temporada extraordinaria, de esas que suceden cada treinta o sesenta años y que cobran mayor valor conforme el tiempo corre y los recuerdos no se borran de ese cofre dorado que llamamos memoria.
Grandes números en campaña regular no son garantía de campeonato, sin embargo, a unas semanas de que se cumplan diez años del título más reciente, no se puede pasar por alto el equipo que se armó y los múltiples blasones obtenidos a sangre y fuego. Con los playoffs a punto de terminar, nos hemos llenado de suspenso, drama y mucha emoción. La afición está ilusionada y el equipo se encuentra dando una importante batalla.
Como un profeta, Lorenzo Bundy prometió que ni él ni su equipo se cansarían de ganar, y el mánager de los mejores Diablos Rojos de todos los tiempos ha tenido la razón.