Boletín FAHHO Digital No. 8 (Oct 2021)

Los daños ocasionados por el agua en los bienes documentales

Alejandra Mejía / Ana Luisa Rinconcillo

Es indiscutible que el agua es un elemento vital en todo sentido. Los seres humanos y la mayoría de los organismos estamos constituidos por un gran porcentaje de agua; las primeras civilizaciones de la humanidad se establecieron cerca de cuerpos de agua para desarrollarse y poder subsistir. Su flujo y fuerza son esenciales para nuestro desarrollo, pero cuando su cauce elige otro camino, las consecuencias pueden ser adversas, por ejemplo, cuando pierde su rumbo dentro de repositorios documentales.

Adabi ha tenido contacto con tres casos en los que el agua fue la principal causa de desastres: en el Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca (FAPECFT) en 2015, en el Archivo Histórico de Notarías de la Ciudad de México en 2020, y uno más en la Biblioteca Vicente de Jesús Cedeño del Oratorio de San Felipe Neri de Puebla en 2021. Tales causas fueron originadas por las lluvias atípicas, cada vez más recurrentes, en donde el agua tomó diferentes caminos, ya sea por fallas en los servicios públicos, deficiencias en las instalaciones del edificio, o bien, sumándose a daños estructurales previos ocasionados por otro tipo de desastres.

En el FAPECFT, las lluvias ocasionaron el rebase del drenaje, provocando que, aproximadamente, 26 metros lineales de expedientes históricos quedaran sumergidos en aguas negras, ya que se ubicaban en la planta baja por debajo del nivel de la calle. Pese a que los directivos ya habían implementado instalaciones hidráulicas por el mal funcionamiento del servicio público, en esa ocasión todas las medidas fueron sobrepasadas. Por otro lado, en el Archivo de Notarías la capacidad de las bajadas de agua fue rebasada por el agua pluvial, lo que dañó más de mil volúmenes del fondo antiguo; debido a la pandemia por COVID-19, la detección y atención de los daños se dieron con dificultad, por lo que las condiciones de alta humedad permitieron el rápido crecimiento de microrganismos en el material. En el caso del edificio del Oratorio de San Felipe Neri, debido a los desperfectos estructurales que sufrió durante el sismo del 2017, en cada temporada de lluvias poco a poco el agua se abría paso por las fisuras en el techo y muro de la Biblioteca. Esto ocasionó que, finalmente, durante las primeras precipitaciones de la temporada en el mes de mayo del presente año, y por la falta de recursos económicos para el mantenimiento de las instalaciones, el agua cayera directamente sobre los libros.

El agua siempre encuentra su camino, y como fuerza natural es mayormente imparable. Sin embargo, existen medidas preventivas a nuestro alcance, como el monitoreo y el mantenimiento frecuente del edificio, la impermeabilización constante de techos, la revisión y limpieza de las bajadas de agua ubicadas lejos de los libros y documentos. Otra medida importante es el tener en cuenta la ubicación del acervo: no debe estar en el sótano ni en la planta más alta, pues son las zonas más propensas a las filtraciones e inundaciones. Invitamos al lector a consultar la publicación de Adabi: Inundaciones. Acciones emergentes para la conservación del patrimonio documental en caso de siniestros, en la que pueden conocer los pasos sugeridos para actuar en caso de daños por agua en libros y documentos.

Aunque hay factores que no están bajo nuestro control, podemos hallar la manera de prevenir y proteger los archivos ante estos incidentes; depende de nuestras decisiones y del poner manos a la obra para el resguardo del patrimonio documental.


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