Boletín FAHHO No. 22 (Ene-Feb 2018)

LOS ANDARES DE LA FAMILIA PACHECO

Lorena De la Piedra

“Oaxaca era de oro…”, recuerda Alejandra Pacheco, representante de ventas de Pacheco´s Orfebrería e hija de don Manuel Pacheco, quien perteneció a una generación de grandes maestros orfebres oaxaqueños y enseñó a sus ocho hijos y a otros artesanos que tomaron su camino en esta fina labor. La palabra orfebrería viene del francés orfêvre, que a su vez viene del latín aurum que significa ‘oro’ y facêre ‘hacer’. Oaxaca se ha distinguido particularmente por la variedad de diseños que hay en la orfebrería tradicional que complementan la identidad en la vestimenta de muchos pueblos de sus diferentes regiones. Las piezas destacan por ser obra de gran formato y por la gran calidad en sus acabados.

La familia Pacheco ha convertido el taller —establecido por su padre a finales de los años 40— en una extensión de su vida. Así lo afirma Manuel, el fiel heredero de herramientas, moldes, diseños y prestigio que creó don Pachequín, como se le conocía. El maestro dedicó hasta los últimos días de su vida al oficio que tanto reconocimiento y orgullo ha dado a los mexicanos en el ámbito internacional. Réplicas de las joyas de la Tumba 7 de Monte Albán para el turismo y anillos de graduación para los locales es lo que más han comercializado. Tres de los hermanos Pacheco se encuentran en Salina Cruz, en el Istmo de Tehuantepec, donde trabajan la orfebrería tradicional que allá se utiliza. La familia Pacheco está formada por artistas creativos que buscan diseños nuevos y calidad en sus productos. Ellos están pendientes de la presentación del producto final y de posicionarse como marca; generan joyería accesible para todos los bolsillos y están preocupados por la permanencia de su trabajo: “Nuestro futuro es incierto, no sabemos si la joyería va a seguir porque es un ornato, no es un artículo de primera necesidad, es un lujo y cuando vienen periodos de crisis, es lo primero que se olvida”. Manuel y Alejandra reconocen que hay otros maestros orfebres que dominan a la perfección muchas técnicas tradicionales y que han desistido de la actividad por falta de ingresos.

La familia Pacheco ha trabajado en mantener el taller buscando siempre oportunidades de venta. Participaron en la exposición Orfebres oaxaqueños en el Museo Estatal de Arte Popular de Oaxaca, además de exhibir sus piezas en diversas expoventas fuera del estado. También han impartido el Taller de Filigrana en Andares del Arte Popular. Para Alejandra es un orgullo salir a ferias, que la gente identifique su trabajo y que busquen las piezas del taller; asegura que: “La perfección nos define como taller, todo lo que hacemos lleva mucho corazón y únicamente lo vendemos hasta que está totalmente limpio y nos guste”. En Andares pueden disfrutar las piezas que elaboran los Pacheco, que están cargadas de la historia de este oficio en la ciudad de Oaxaca y del amor de una familia unida. Al adquirir sus productos apoyan al taller que ha sido afectado por los sismos de septiembre, y a salvaguardar el patrimonio de los oaxaqueños.

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