Boletín FAHHO Digital No. 34 (Ene 2024)

Lorenzo Bundy: un feliz reencuentro

Agustín Castillo

Desde el pasado 13 de noviembre, Lorenzo Bundy es el nuevo mánager de los Diablos Rojos del México, el cuarto timonel que llevará las riendas del equipo escarlata en la era del Estadio Alfredo Harp Helú.

Pasaron treinta y cinco años para que el originario de Filadelfia regresara al México, que fue su único equipo en la Liga Mexicana de Beisbol, donde se ganó a pulso un lugar entre los mejores primeras bases ofensivos en la historia de la Pandilla Escarlata. Basta mencionar que es uno de los cuatro cañoneros que han logrado volarse la barda cuarenta o más veces en una misma temporada.

El nombramiento de Bundy seguramente sacudió los recuerdos de quienes lo vieron con la franela roja de 1985 a 1988, haciendo una poderosa dupla de ensueño con Nelson Barrera: cuando dispararon cuadrangulares y empujaron carreras para que los Rojos conquistaran tres campeonatos bajo la batuta de Benjamín “Cananea” Reyes.

Además de sus brillantes momentos como jugador, Lorenzo Bundy cuenta con un palmarés envidiable como mánager, coach e instructor en diferentes ligas, incluyendo las Grandes Ligas con Rockies de Colorado, Diamondbacks de Arizona, Dodgers de Los Ángeles y Marlines de Miami. Es muy oportuno indicar que en 1989 declinó regresar a jugar con los Diablos para iniciar su carrera como staff con los Expos de Montreal, equipo que en algún momento lo consideró para debutar en las Ligas Mayores.

Como director, Bundy ya probó la gloria al lograr tres campeonatos en la Liga Mexicana del Pacífico, mientras que en la pelota de primavera ha estado al frente de Pericos de Puebla y Generales de Durango.

Con 64 años, Lorenzo Bundy comentó —durante su presentación oficial— que siempre estuvo pendiente de los Diablos Rojos, por lo que tiene una idea bastante amplia de los ajustes que se necesitan para cristalizar los objetivos perseguidos por el club.

Mientras se colocaba su nueva camisola, el nuevo mánager de “los pingos” explicó que nunca perdió la esperanza de volver a la Ciudad de México y consideró que la oportunidad había llegado en un momento inmejorable, pues tiene hambre de volver a ganar un título, algo poco prioritario para las ligas en desarrollo de Estados Unidos.

Así, entre recuerdos y la promesa de que los Rojos no dejarán pasar un solo inning sin dar batalla, inicia el camino rumbo al festejo del quinto aniversario del Diamante de Fuego.


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