Las ventanas
Las ventanas, como los ojos, pueden estar abiertas, cerradas, sucias, olvidadas; pueden tener diferentes formas y contar historias diversas: son membranas que nos permiten mirar al interior de algún lugar. A veces sirven de protección, otras más de prisión, pero la finalidad que tienen en común es dejar pasar la luz.
En el contexto actual, las ventanas también son unión y conversación: las abres y cierras a través de una aplicación, y es a través de esta tecnología que continuamos trabajando en equipo, en familia. Nos reunimos artistas textiles y colaboradores del Museo Textil de Oaxaca para dialogar, para construir y deconstruir.
Es tiempo de unir acciones y combatir la discriminación con fuerza y determinación, y para esto se suman las opiniones de diversos creadores desde diferentes puntos del país, reunidos a través de Zoom. Algunos se conectan en parejas; esposos, madres e hijos, jóvenes y adultos, mujeres y hombres que han dedicado su vida al quehacer textil, ese que implica una serie de conocimientos profundos, sensibilidades heredadas y maestra ejecución. Entonces, surgen las interrogantes: ¿Por qué se vuelve tan difícil que se aprecie este trabajo en su justa dimensión? ¿Por qué hay personas que insisten en regatear aquello que demuestra conocimiento y destreza?
Buscando generar espacios que promuevan la conciencia, la autocrítica y la sensibilización respecto a las prácticas que giran en torno al valor de los textiles creados a mano, y con la finalidad de fomentar el respeto hacia las expresiones culturales y hacia sus creadores, el MTO lanza la propuesta de intervenir las ventanas de la planta baja de nuestro edificio. La intervención consiste en mostrar una serie de escenarios, a partir de imágenes y preguntas que propicien la reflexión y conversación sobre distintos temas, tales como el racismo, la economía, los estereotipos de género y discriminación, entre otros.
Las imágenes y frases que mostramos en este proyecto surgen del diálogo y el trabajo en equipo que comenzó con una reunión por Zoom —de casi tres horas— y que continúa por WhatsApp, con aportaciones y opiniones consensuadas donde todas las voces son escuchadas, valoradas y, sobre todo, consideradas durante la toma de decisiones.
La emisión de juicios derivados de estereotipos es pan de todos los días: juzgamos el libro por la cubierta y asumimos las mentiras o engaños que a veces nos dan nuestros recursos y experiencias en la vida. Nos comenta la maestra Cecilia Jaime Lino, tintorera y bordadora de Hueyapan, Puebla: “Saben que soy artesana… y saben que soy maestra (refiriéndose a sus alumnos y a la imposibilidad de dividir esto que la hace ser y existir) y casi siempre, cuando ven a una persona de origen indígena asumen pobreza e ignorancia”, y agrega: “Es importante dar a conocer lo que somos como personas, como indígenas, como seres humanos”.
Por su parte, Luis Rodríguez, rebocero de Tenancingo, Estado de México, señala: “La discriminación ha impactado en la producción artesanal en México, es como un cáncer que nos dio a todos los productores artesanales y [que] nos viene carcomiendo: impacta en la desaparición de muchas artesanías”. Todos estos actos de discriminación dejarán un hueco en nuestra historia e identidad. Es gracias a esta discriminación, y la mella que ocasiona, por la que a tantas personas ya no les enseñaron a hablar la lengua triqui, como le sucedió a la artista Yatahli Rosas, tejedora de San Andrés Chicahuaxtla, Oaxaca.
Decía Mehmet Murat Ildan, dramaturgo turco: “Si quieres que la gente entienda, ¡invítalos a tu vida y deja que vean el mundo desde tu ventana!”. Mirar desde el punto de vista ajeno no solo nos permite entender, sino que nos permite sentir, eso es empatía: vivir las emociones del otro aunque desconozcamos el contexto. Hoy en día, con las puertas del museo abiertas, seguiremos mostrando los textiles de Oaxaca y del mundo, uno donde cabemos todos.