Boletín FAHHO No. 9 (Nov-Dic 2015)

LAS ‘ALAS’ PARA EL ALMA

Ruth García-Lago

Lizt Alfonso (La Habana, 1967) es una bailarina cubana que empezó a tomar clases a los cuatro años. Tras pasar por varias de las compañías más reconocidas de Cuba —como el Ballet Nacional de Cuba de Alicia Alonso— con 23 años decide crear su propia compañía de danza, la Lizt Alfonso Dance Cuba. Desde 1991, esta compañía no ha dejado de crecer y de recorrer el mundo con mucho éxito.

Cuando habla sobre cómo quería que fuera su compañía, Lizt Alfonso cuenta que decidió “no imitar a nadie, sino que fuera algo cubano, con todo lo que somos, con cada estilo de danza y de fusión”, uniendo el ballet clásico con el contemporáneo, el flamenco, el baile popular cubano y lo afrocubano, que los críticos han definido como un “estilo festivo característico”.

La Lizt Alfonso Dance Cuba es una compañía de repertorio, “tenemos muchos años y tenemos varias obras. Nunca nos quedamos quietos con el repertorio. Es decir, cuando bailamos

una coreografía, nunca la bailamos igual que la vez anterior. Siempre partimos del origen, pero la hacemos evolucionar, como evolucionan los tiempos, así mismo evolucionan las coreografías y la puesta en escena”, cuenta Tamy González, primera bailarina de la compañía. Además, tanto las coreografías como la música, escenografía y vestuario son creaciones de la compañía, dentro de la cual se hace prácticamente todo.

El espectáculo que la compañía cubana presentó en Oaxaca, Alas, fue creado en el 2006, recibiendo así el Primer Premio de Coreografía de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Esta coreografía nunca había sido bailada fuera de Cuba, hasta ahora que se hizo en Oaxaca. Al músico Leo Brouwer le gustó tanto Alas que compuso una canción para dicho espectáculo, “Alas para el elogio”. No sólo le gustó al músico cubano; cuan- do María Isabel Grañén Porrúa y Alfredo Harp Helú estuvieron en Cuba inaugurando un vivero de alta tecnología, vieron un espectáculo de la Lizt Alfonso Dance Cuba y quedaron tan encantados que invitaron a esta compañía a presentar, en dos funciones, Alas en la capital oaxaqueña.

Lizt Alfonso hace una reivindicación de las mujeres con este espectáculo; dice que “Alas es como un grito de ‘así somos, aquí estamos, necesitamos un respeto, necesitamos que nos valoren como mujeres, como seres humanos, como ciudad, como nación, como espíritu’. Por eso es un alas para el alma. Nosotras siempre tenemos muchas cosas que decir, pero normalmente quedamos en un segundo plano. Y por eso decidimos hacer este espectáculo transitando por distintas etapas, distintos cuadros, en donde primero tenemos que demostrarnos quiénes somos después, hacia dónde vamos; y, por último, yo diría qué es lo que somos capaces de hacer. Por eso es un canto a la espiritualidad del ser humano”.

Así, la compañía está prácticamente formada por mujeres, 34 bailarinas, de las cuales 14 estuvieron en México, Tijuana, Mexicali, y en Oaxaca, en el Teatro Macedonio Alcalá.

Además de ser una compañía de danza, la Lizt Alfonso Dance Cuba cuenta también con una escuela, un empeño de su fundadora desde el origen. Un año después de crear la agrupación, hizo lo mismo con la escuela en 1992. “Sentimos la necesidad de crear nuestros propios bailarines, y también para realizar un gran trabajo social. Es decir, los niños, después de que salen de la escuela, es muy bueno que hagan otras tareas y si las tareas tienen que ver con el arte y con la danza pues mucho mejor. En nuestra escuela, además de la danza o a través de la danza, aprenden música, cómo comportarse, a tener objetivos en la vida, a relacionarse y a tener un fin como colectivo, además del individual. Aprenden muchas cosas y por eso decidimos que íbamos a hacer la escuela. Hemos trabajado en ella durante años y se ha desarrollado como una escuela amateur que tiene más de mil estudiantes entre 6 y 16 años. Los mejores alumnos pasan al ballet infantil, luego a juvenil”.

Esta escuela, con más de mil estudiantes, tiene un sistema piramidal, donde los bailarines, según van creciendo, van pasando del nivel infantil al juvenil. Luego, los mejores bailarines pasan a formar parte de la compañía: “Después está la Unidad Artística Docente, que son los estudiantes que van a formar parte de la compañía. Es una carrera profesional. La compañía es el tope. La otra característica importante es que nosotros, los bailarines de la compañía, somos profesores de los estudiantes de la escuela y coreógrafos. A su vez somos los coreógrafos de las coreografías que se presentan”, relata Tamy González, primera bailarina de la compañía.

“Se entrenan como bailarines, profesores y coreógrafos. Y después saben perfectamente organizar todo el trabajo de la compañía porque somos mucho y hay que tener unos horarios muy bien organizados para poder hacer todas las tareas que tenemos que hacer además de mantener las giras al exterior que constantemente la compañía está haciendo. Tammy el año pasado el verano pasado estuvo en Hamburgo presentándose con el Ballet Juvenil. Tuvo una temporada de un mes con 16 funciones, con un espectáculo infantil”, concluye Alfonso.

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