Laboratorio de Gráfica: celebrando a Rufino Tamayo
Andrea tenía 12 años cuando encontró en la gráfica una infinidad de posibilidades para expresarse a través del arte. Los días de trabajo como integrante del Laboratorio de Gráfica del Museo Infantil de Oaxaca y del Taller Tamayo se convirtieron en meses; la pasión, aunada a su constancia, le permitió aprender técnicas del grabado que contribuyeron a construir su manera de interpretar y recrear la vida cotidiana.
En Oaxaca, el arte gráfico se ha consolidado como un pilar de la identidad visual del estado, pues estas representaciones cubren las calles con narrativas derivadas de diferentes realidades, con técnicas tan vastas y bellas que inundan nuestro entorno. En ese sentido, podemos comprender cómo el arte gráfico forma parte del referente visual de los niños y niñas oaxaqueños, de tal manera que llega a ser una herramienta de creación y fortalecimiento de la identidad, tanto personal como grupal, con raíces arraigadas al lugar de donde venimos, tal como hizo el pintor, cuyo natalicio festejamos el pasado 25 de agosto.
A decir de Gilda Genis García, maestra y tallerista de nuestro Laboratorio de Gráfica, la conservación del arte oaxaqueño depende de la oportunidad de acceso de los niños y las niñas al arte que se realiza hoy día en nuestro estado, y se podrá innovar en la medida en que se brinden las herramientas y un entorno amigable para experimentar y encontrar su propia voz.
Dentro del compromiso de crear un espacio para el juego libre y desarrollo creativo para las infancias, el MIO, en colaboración con el Taller Tamayo, busca que los niños y niñas sean capaces de aprender técnicas para crear por sí mismos sus propias historias y concepción del entorno desde el arte gráfico.
Andrea, a tres años de ingresarse al Laboratorio de Gráfica, con 15 años y nuevas responsabilidades escolares, ya no forma parte de este taller. Sin embargo, mantiene contacto con Gilda y participa de manera independiente en muestras y exhibiciones de gráfica. Ella recuerda con mucho cariño al MIO como el primer lugar en el que los claros lienzos se llenaron de tinta con la presión del tórculo.
Desde el 2017, el Laboratorio de Gráfica ha contribuido a la noble tarea de sembrar en niños y niñas pequeñas semillas de amor por las expresiones artísticas de nuestro estado, cuyos alcances personales
en el mundo de la gráfica han sido cosechados mucho más allá de los alcances del museo, pero que llenan de un indescriptible sentimiento de orgullo.