La vida que sigue haciendo historia

Cuando entramos a un edificio antiguo, nos preguntamos cuántas situaciones ajenas a las nuestras habrán vivido quienes lo habitaron siglos atrás. En ocasiones también nos inquieta cómo serían esas personas, e incluso imaginamos cómo se relacionarían entre ellas.
Ya son casi catorce años desde que el exconvento de San Pablo, ubicado en el centro de la ciudad de Oaxaca de Juárez, volvió a la vida después de largos años de haber permanecido en un olvido profundo, que en sí mismo es lo que verdaderamente significa morir. Gracias al esfuerzo y la dedicación inigualable de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, una parte original del convento fue rescatada y, tras la correspondiente investigación y trabajos exhaustivos, la esencia del conjunto arquitectónico original surgió de nuevo: los muros, los patios, las arcadas, las escaleras; todo comenzó a respirar una vez más. Esta vez con las adiciones que se desprendieron de una visión contemporánea de la arquitectura que respetó, en todo lo posible, aquel primer claustro dominico. El corazón del edificio volvió a latir: comenzó a albergar vida una vez más.
¿Y a qué nos referimos con “vida”? Pues a la que le dan a este espacio quienes hoy circulan en todas sus áreas, personas que con su propia existencia lo animan. También, y muy especialmente, nos referimos a todos los proyectos que se generan en su interior y que promueven aspectos esenciales para la vida, no solo en Oaxaca, sino en México y en este planeta.
Y es que, desde que inició esta nueva etapa en su historia, el Centro Cultural San Pablo ha albergado proyectos de diversa índole, pero todos relacionados con la esencia de lo humano: proyectos de investigación y proyección académica, de conservación de las culturas milenarias de nuestros pueblos, de promoción del arte en sus múltiples manifestaciones, de impulso a la lectura y al desarrollo humano de las personas, de cuidado del medio ambiente y de la salud. Efectivamente, de todo eso está hecha la vida de nuestro Centro. Porque, si bien es cierto que nuestro edificio invita a ser visitado por cada uno de sus rincones con el solo fin de gozar de un momento de solaz, la verdadera vida se la dan las personas que han hecho de él un lugar de encuentro: los hablantes y estudiosos de lenguas originarias, los usuarios frecuentes de sus bibliotecas y exposiciones, losmelómanos que cada noche de jueves no se pierden uno solo de los conciertos que ofrece la Fonoteca, los participantes en todas las actividades y talleres que se realizan diariamente, los amantes de la tranquilidad de sus patios y… todas, todas las personas que casualmente llegan a pasar por aquí.
Esta es la nueva historia que todos estamos escribiendo con nuestras propias vidas y aportaciones personales en cada proyecto en el que participamos y en cada visita que hacemos a “San Pablo”, como coloquialmente le llamamos. Solo lo que vive puede seguir construyendo una historia: solo nosotros, por medio de nuestra propia vida, podemos seguir escribiendo y reconfigurando la historia de Oaxaca. ¿Cuándo fue la última vez que acudiste a una de sus exposiciones, o a cualquier otra de sus actividades culturales? ¿Sabes dónde puedes consultar la agenda de todo lo que aquí ofrecemos para tu crecimiento personal? Si has llegado hasta este punto, seguro has leído ya este boletín en otras ocasiones. De cualquier modo, para consultar las actividades diarias del Centro Cultural San Pablo y de todas las filiales de la FAHHO, puedes acceder a: https://bit.ly/agefahhojun25. Y si tienes la inquietud de agendar una visita escolar o grupal, puedes solicitarla a: visitas.sp@fahho.mx o marcar al 951 501 88 00 extensión 555
Sigamos generando vida. Sigamos haciendo historia.