Boletín FAHHO Digital No. 45 (Dic 2024)

La milpa: resiliencia y adaptación al cambio climático para familias campesinas

José Diego
Fotografía: Acervo del CIINDER KUKOJ

En la Coordinación de Medio Ambiente de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca sabemos que es importante sumar esfuerzos con diversos espacios para que los saberes y prácticas campesinas del sistema milpa se fortalezcan. Esto se logra a partir de la implementación de un manejo adaptativo como estrategia y respuesta al cambio climático, basado fundamentalmente en el aspecto ambiental, económico y cultural, como la agricultura de conservación, siembra de árboles frutales en curvas de nivel, producción de abonos orgánicos, conservación de microorganismos del suelo, rotación y asociación de cultivos, conservación de granos y la selección de semillas nativas como elemento de resiliencia, entre muchas acciones más.

Es por ello que en esta ocasión hablaré de las actividades del Centro de Innovación Integral para el Desarrollo Rural KuKoj S. C., cuyo precedente es “El sistema milpa y sus recursos fitogenéticos en Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca”, una investigación que se realizó entre 2007 y 2009. La intención del CIINDER KUKOJ es aportar al conocimiento de la agrodiversidad en la región de estudio, en un esfuerzo por trabajar con el maíz-milpa como sistema productivo de importancia para la población y la alimentación.

La microrregión Mixe Alta, donde se realizó el estudio, abarca 13 localidades de los municipios de Santa María Tlahuitoltepec y Totontepec Villa de Morelos. De acuerdo con datos establecidos en campo, se hizo la caracterización participativa con 837 familias campesinas hablantes de la lengua ayuujk (mixe). En estas localidades, la agricultura como actividad productiva importante se centra en la producción de maíz bajo el sistema milpa, en el que son relevantes también el cultivo de los frutales de durazno, pera, manzana, aguacate y algunos cítricos. Recientemente, la producción de tomate en invernadero ha incrementado considerablemente, además, existe la producción de aves y hortalizas en traspatio.

Colecta y clasificación de las semillas nativas
De 2012 a 2013 se colectaron 41 muestras de maíces y 14 de frijoles nativos del municipio de Santa María Tlahuitoltepec, así como una muestra por cada tipo de calabaza cultivada de acuerdo con la clasificación local de los agricultores.

A partir de colectas realizadas en la región de Tlahuitoltepec, se determinó la presencia de tres razas de maíz dominantes y dos más en combinación con alguna de ellas: serrano mixe, mixeño y quicheño subraza grueso, así como tepecintle y tuxpeño. Las primeras tres son cultivadas en la microrregión Mixe Alta, mientras que las combinaciones se dan en localidades de la microrregión Mixe Media. Cabe destacar que es la primera vez que se reporta el cultivo de la subraza guatemalteca quicheño grueso en México.

Los agricultores han generado sistemas de clasificación de sus semillas en su localidad. Generalmente, las razas encontradas se presentan en cultivares de grano de color blanco, amarillo y morado, a excepción del tuxpeño y el quicheño subraza grueso; del primero solo se encontraron muestras de color blanco y para el segundo solo una muestra de color amarillo.

De acuerdo con la identificación realizada, se encontraron las siguientes razas de maíz:

Maíz serrano mixe, chiquito o nal-tel de altura: Existe la posibilidad de que se trate de una misma raza con diferencias en las características de planta y mazorca determinadas por el microclima en que se cultive. Es una raza de maíz cultivada entre los 1400 y 2400 msnm en localidades de los municipios de Totontepec Villa de Morelos y Santa María Tlahuitoltepec, por lo que se adapta a bajas temperaturas, a los altos porcentajes de humedad relativa y poca luminosidad, pues las zonas de cultivo presentan niebla durante gran parte del año. Se cultiva en el ciclo primavera-verano, entre abril y julio, así como en otoño-invierno, entre octubre y enero, con rendimientos que oscilan entre los 600 y 1200 kg/ha. Se encontraron cultivares de granos de color blanco, amarillo y morado con un tamaño promedio de 1.5 a 2.5 m de altura, tallos no muy gruesos y mazorcas de entre 14 y 16 cm de longitud, predominantemente cilíndricas y en menor grado semicónicas de grano semicristalino y, en menor cantidad, granos cristalinos. Estos maíces son de ciclo intermedio a largo, con un promedio de siete meses de la siembra a la cosecha. En el municipio de Tlahuitoltepec hay variedades que se cultivan en climas semicálidos en ambientes subhúmedos, por lo que se presume que presentan tolerancia a la sequía.

Fotografías: Acervo del CIINDER KUKOJ

Maíz mixeño: Es cultivado en la localidad de Totontepec Villa de Morelos, a altitudes entre los 1700 y los 2000 msnm, clima templado y semicálido húmedo. Son maíces muy productivos, por lo que en los sistemas tradicionales los rendimientos oscilan entre los 1100 y 1600 kg/ha, además de estar adaptados a condiciones de alta humedad relativa y poca luminosidad, por lo que representan un alto potencial para fitomejoramiento en la región. Las plantas son de porte alto, de 3.5 a 4.5 metros; las mazorcas son grandes y semicónicas; se cultivan variedades de color blanco, amarillo y morado; las mazorcas presentan de 12 a 14 hileras de granos, lo cuales son semicristalinos a semidentados.

Maíz quicheño subraza grueso: Cultivado en Santa María Huitepec a altitudes cercanas a los 2000 m, se ha adaptado a un clima templado húmedo bajo el sistema de roza-tumba-quema. Las mazorcas miden entre 10 y 15 cm de longitud y están abultadas en el centro; son de olote grueso y granos redondos cristalinos. Solo se encontraron variedades de color amarillo. La planta es de porte bajo, no mayor a 2 m, y se desarrolla en ambientes húmedos con poca luminosidad. Las fechas de siembra van de febrero a abril, y pasan de ocho a once meses para comenzar a cosechar.

Maíz tepecintle y tuxpeño: Crecen en climas cálidos y se encuentran distribuidos ampliamente en las regiones de la Costa y el Papaloapan. En la región se encontraron muestras con influencia de estas razas, aunque no están claramente representadas. Las plantas son de porte alto, por encima de los 3.5 m, y la mazorca del tepecintle es cilíndrica con un olote de ápice descubierto.

Potencial de los maíces locales para la agricultura campesina
Entre otras cosas, para promover la autosuficiencia alimentaria hay que mejorar el rendimiento y características agronómicas de los maíces nativos. Dadas las variadas características topográficas y climáticas de la región, las actividades de mejoramiento participativo de semillas y suelo son una buena alternativa. Las comunidades mixes actualmente han impulsado acciones fundamentales como los bancos de semillas, los intercambios de experiencias y saberes de campesino a campesino, así como la selección visual (Ortega y Cuevas, 2016) o masal (Molina 1981 y Fuentes, 2014). De igual manera, los mejores resultados en producción se obtendrán implementando técnicas de conservación de suelos en las parcelas, empleo de abonos verdes, rotación de cultivos y recomendando el uso de nutrientes orgánicos adecuados para cada microrregión.

El principal motivo para trazar este panorama sobre el sistema milpa en la zona mixe de Oaxaca, ha sido mostrar que este sistema constituye una tradición agrícola –desde sus orígenes mesoamericanos– que, al conjuntar el cultivo de maíz con otras especies, permite aprovechar la tierra y obtener diversos alimentos al mismo tiempo mediante el policultivo. Este mecanismo refuerza la agricultura campesina basada en el conocimiento tradicional heredado de generación en generación, como una opción para generar sistemas de cultivos más sustentables, así como una soberanía alimentaria. Esto prioriza la producción agrícola familiar y local para alimentar una población que podría solucionar problemáticas socioeconómicas a partir de factores bióticos, abióticos y agrícolas.


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