Boletín FAHHO Digital No. 28 (Jul 2023)

La importancia de coleccionar postales

Fernando Elizondo

Muchos aspectos debieron ser resueltos para lograr la coordinación entre los sistemas de correos de diferentes naciones. El uso de timbres postales (Reino Unido, 1 de mayo de 1840) fue uno fundamental y que se propagó por el mundo (en México se emiten timbres desde 1854). Esta innovación propicia discursos sobre los tamaños de las cartas, las tarifas, etc. Y motiva rápidamente el coleccionismo de esos atractivos pedazos de papel impresos, esto es la Filatelia.

Tras varios intentos se concreta, en el Tratado de Berna (15 de septiembre de 1874), la creación de la Unión Postal General (9 de octubre de 1874), la cual cambia su nombre, en 1878, a Unión Postal Universal, instancia que propicia el establecimiento de acuerdos para el manejo de la correspondencia internacionalmente. En la actualidad, la upu es una entidad dependiente de la Organización de las Naciones Unidas.

Un aspecto trascendental fue haber hecho accesible el correo a más personas, quitar lo elitista de los correos antiguos. Así, el número de piezas postales creció exponencialmente, millones de piezas eran enviadas cada año por el mundo.

Entre las muchas ideas de mejora de los sistemas de correos, para volverlos accesibles económicamente fue fundamental el desarrollo de las tarjetas postales: ofrecían una tarifa más económica que la de los sobres a cambio de reducir el texto (y sacrificar la privacidad), pues son tarjetas de cartón más ligeras que un sobre con una carta dentro.

La tarjeta postal tuvo un éxito impresionante, sobre todo para la comunicación internacional. En una primera etapa fueron elaboradas por los sistemas de correos con el timbre impreso directamente en la tarjeta (entero postal). Aunque es causa de polémica, se considera que la primera tarjeta postal fue emitida el 1 de octubre de 1869 por la administración de Correos de Austria-Hungría, y muy pronto fue imitado por los diferentes sistemas de correo en el mundo.

Estas primeras tarjetas solo incluían encabezados de identificación del país emisor impresos mediante grabados, más o menos atractivos. Pero con la revolución de las imágenes —generada por la fotografía y la mejora de los sistemas de impresión— pronto se llegó a las tarjetas postales ilustradas mediante grabados que, con el cambio de siglo, pasaron a ser fotografías y más tarde nombradas tarjetas postales fotográficas: imágenes en blanco y negro impresas en papel fotográfico al cual se les imprimía en el reverso un formato (de acuerdo con criterios de la upu) de tarjeta postal con espacio para poner los datos del destinatario, el mensaje y hasta una estampilla.

Las tarjetas postales ilustradas fueron muy atractivas para los remitentes y destinatarios, tanto que generaron un auge de nuevos coleccionistas (cartofilia o deltiología). Durante la primera mitad del siglo XX fueron el medio ideal para enviar un saludo, informar dónde estábamos o enviar un aviso, entre otros usos.

Con las mejoras y ampliación de las opciones de comunicación audiovisuales, decayó el envío de tarjetas postales y cartas personales, y aunque podría pensarse que la tarjeta desaparecería, un significativo grupo de personas continúa enviando tarjetas postales por el correo. Unos para estar en contacto con personas de otros países y otros como coleccionistas, quizá como si fueran a enviar una flor a alguien querido, para felicitarlo por su cumpleaños, para desear feliz navidad o año nuevo.

Hay que reconocer que el trabajo de los estudiosos que se reúnen —como en el Congreso Mexicano de Tarjetas Postales— para dejar registro de sus investigaciones históricas, conceptuales o de prospección en torno a los productores —personas y empresas— de tarjetas postales a lo largo de la historia; a las tecnologías, desde las impresiones tipo grabado, hasta la elaboración personal en casa de la tarjeta para enviarla a un amigo. Este congreso anual itinerante ha dejado una base de información en internet abierta a los interesados.

Uno de los usos actuales más importantes de la tarjeta postal es en la publicidad comercial de lugares, productos y servicios, en donde se ve el cambio en las modas del diseño influenciadas por las técnicas de edición, impresión y distribución, pues se pueden manejar tanto en papel como en línea.

Con otro enfoque, el Museo de la Filatelia de Oaxaca, lugar donde se llevó a cabo uno de estos congresos de postales, ha realizado una labor trascendental generando cultura en aspectos filatélicos en todo el mundo: al ser también la tarjeta postal un objeto filatélico, ha dejado huella en la promoción de su uso mediante cursos para niños y el público en general.

Cabe enfatizar que el Mufi ha llevado a cabo la ardua promoción del actual uso de la tarjeta postal como arte, esto mediante sus concursos de diseño de estos objetos que han generado ejemplares hermosísimos y transcendentales por sus mensajes.

Conocer el pasado hace a una sociedad fuerte, por eso el coleccionar tarjetas postales y estudiarlas, o simplemente disfrutarlas, es atesorar cultura, y esto debe promoverse.

Aunque ya no se usan como antes, las tarjetas postales siguen estando muy vivas, ¡colecciónalas!


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