Boletín FAHHO Digital No. 6 (Jul-Ago 2021)

La historia de un papá que construyó un estadio para su hija

Angie Martínez

El beisbol nos da la oportunidad de ir más allá del juego de pelota y la siguiente historia es un ejemplo de ello. Sucedió el 13 de julio del 2019 en nuestro querido Diamante de Fuego, el lugar en donde suceden grandes cosas.

Aquella tarde recibimos a Neidelyn Hernández, una hermosa niña que, cinco años atrás, luego de un accidente en una máquina amasadora, había perdido su mano derecha. La pequeña creció intentando utilizar su mano izquierda, pero le resultaba complicado, así que sus papás le compraron una prótesis que tenía ganchos en lugar de dedos. Sin embargo, esta le lastimaba tanto su hombro que no siguió utilizándola.

Esa tarde de 2019, Neidelyn asistió al Estadio acompañada por su familia, directivos y algunos jóvenes que fabrican prótesis en la Fundación ROBID A. C. Tanto ella como José Elías, un admirador de Iron Man, fueron beneficiados por el programa Home Runs Citibanamex. Días antes, Emmanuel Ávila, nuestro hombre de acero escarlata, entregó a José Elías su prótesis con superpoderes y con los colores de este súper héroe. Estábamos listos para que Roccy, disfrazada de unicornio, sorprendiera a Neydelin con su nueva manita derecha, elaborada en colores rosa y morado como los unicornios que tanto le gustan. Nei, como le decimos de cariño, lucía contenta y emocionada de estar en el Paraíso de los Diablos Rojos, rodeada de su familia, de los jóvenes que habían trabajado en su prótesis, los directivos de la Fundación ROBID, el Dr. Othón Díaz, presidente de los Diablos Rojos del México, y del entonces presidente adjunto, Sr. Miguel Ojeda, el cácher que recibió el lanzamiento de Neydelin.

Llegó el momento de estrenar su nuevo brazo. Nei tomó la pelota con cierta dificultad, pues se trataba de una parte nueva en su cuerpo, y muy cerca del home lanzó la pelota. No le gustó mucho ese primer lanzamiento, así que lo hizo de nuevo, lanzando un strike por el centro al que siguieron los aplausos de todos los presentes; la pequeña sintió tanta emoción que rompió en un llanto de alegría, sus papás la abrazaron y aprovechamos para contarle un secreto espectacular: su papá, Gustavo Hernández Carrera, había participado en la construcción del Estadio Alfredo Harp Helú. Esa tarde, Neidelyn supo por nosotros que su papá había construido ese maravilloso lugar para que ella pudiera recibir su nueva manita.

Cuando Nei sea grande, seguramente, lo habrá entendido todo, y en su corazón vivirá por siempre el día en que asistió al gran Paraíso Beisbolero a recibir este fantástico regalo.


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