Boletín FAHHO No. 25 (Jul-Ago 2018)

“LA FRANELA DE DIABLOS PESA Y SE DEBE RESPETAR”: ALEXEI RAMÍREZ

Agustín Castillo

Theolic Smith, Roberto Ortiz, Alonso Perry, Al Pinkston, Pat Bourque, Roberto Kelly, Félix José, entre otros, son referentes de la talla de refuerzos extranjeros que han acompañado a los Diablos Rojos del México en su brillante historia. El cubano Alexei Ramírez está en vías de añadir su nombre a esa lista tan prestigiada. Con una trayectoria impecable en Grandes Ligas (nueve años), el originario de Pinar del Río fue la contratación más atractiva del equipo escarlata para las temporadas del 2018, después de un año de jugar sin elementos importados. Con 36 años, la exfigura de los Medias Blancas de Chicago explica que estar en nuestro país le devolvió la alegría: “En 2017 lloré mucho, practiqué mucho día y noche. No me explicaba por qué nadie me hacía una invitación para jugar. Siempre he sido un jugador entregado, con varios reconocimientos de productividad, y no hallaba una respuesta lógica. Dios quiso que las cosas fueran así y me resigné unos meses, hasta que me volví a enfrentar a la realidad. Les dije a mi esposa e hijos que lo volvería a intentar, no perdí la fe y llegaron los Diablos Rojos. Platiqué con el hijo del señor Harp (Santiago) y me convenció muy rápido para que estuviera aquí”.

Antes de convertirse en estrella de las Ligas Mayores, Alexei Fernando fue medallista de oro olímpico en Atenas 2004, campeón mundial y remató, al año siguiente, una carrera de siete años como jugador sobresaliente en la poderosa Serie Nacional de Cuba. Esos blasones, aparte del fuerte beisbol que aún despliega en el terreno, lo han convertido en el blanco preferido de aficionados y compañeros de profesión que no pueden evitar hacerle una pregunta o petición. “Es algo que no esperaba, pero me gusta. Siempre estoy disponible para dar un consejo y convivir con quien me lo solicite. Esto es lo que necesitaba. Hoy entiendo que estar aquí es lo que buscaba. Necesitaba un lugar donde pudiera estar tranquilo para jugar pelota, un sitio como la familia de los Diablos. Me gusta ser el primero que llega, que platica, que entrena. Quiero atender a todo el mundo”, comenta. 

Para el original “Misil Cubano”, los millones de dólares no modificaron su personalidad amable y humilde. Con voz entrecortada explica que sus valores los aprendió en casa, y recuerda uno de sus pasajes más determinantes. “Una vez en Cuba, cuando yo tenía ocho años, mi hermana la mayor tenía trece y el hermano que me sigue doce, únicamente había un plato de chícharos para todos. Mi padre se paró de la mesa y nos dijo que era lo único que había, que teníamos que salir adelante con eso, sin tocar a la puerta de nadie y con la frente en alto. Eso me marcó mucho, y hoy lo enseño a mis cinco hijos. He sufrido mucho, como todos. Sé lo que es estar abajo, y nada, hoy me toca estar del otro lado”.

De los Diablos Rojos, a quienes les ha devuelto la etiqueta de equipo contendiente al título, “El Pirineo de Taco Taco” piensa que es un equipo muy fácil de amar. “Cuando supe algo de la historia, de los cubanos que han pasado por aquí, no pude dejar de querer saber más. Ésta es una franela que pesa mucho, que genera amor para sus aficionados y compromiso para sus jugadores. Estamos hablando del equipo insignia del beisbol mexicano. Tuve la posibilidad de jugar contra Diablos en 2002, y desde entonces noté que es un equipo diferente. Hoy estoy, además, agradecido porque me llevaron de regreso a mi país para jugar, después de una década de no jugar en Cuba. Fue gracias a Diablos que me pudieron dar una ovación inolvidable, además de que mi familia me volvió a ver con uniforme. Siempre recordaré el abrazo y las lágrimas que salieron cuando saludé a mis seres queridos”.

Alexei Ramírez considera que su regreso a los diamantes lo ha llenado de vitalidad, especialmente en un equipo donde desfilan tantos jugadores jóvenes. Sobre alguna oferta para emigrar a alguna liga superior, indica que tendría que pensarlo mucho porque su deseo es quedar a mano con la pandilla roja, por la confianza que han tenido en él. Dice que su meta es ser campeón con los rojos tantas veces como se pueda, y que sería un orgullo ser su manager, en un futuro todavía lejano.

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