Boletín FAHHO No. 23 (Mar-Abr 2018)

LA CURIOSIDAD NO MATÓ AL GATO, LO HIZO LECTOR

Zayra Villarreal Martínez

En el mundo de la literatura existen distintas fechas conmemorativas, pero hay dos que nunca deben pasar desapercibidas: el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil (2 de abril) y el Día Internacional del Libro (23 de abril). Ambas fechas representan una oportunidad para realizar diversas actividades en pro de la lectura, promocionar los buenos libros infantiles y juveniles, y reflexionar sobre la importancia de la lectura como llave de las puertas que abren el conocimiento y las alas de la imaginación.

El ser humano siempre ha sido curioso por naturaleza. Desde tiempos remotos, la llama del saber lo ha llevado a indagar y tratar de entender el mundo en que vive; su espíritu curioso e inquieto ha sido una constante en la búsqueda de respuestas y fuente de conocimiento e inventos. Un claro ejemplo es la curiosidad por volar. Leonardo Da Vinci, observando el vuelo de las aves y su estructura anatómica, realizó al menos 500 diseños para elevarse en el aire. Los intentos en la historia fueron varios, los inventores también, sin embargo, fue hasta el siglo XIX que se realizaron los primeros vuelos en globos aerostáticos y planeadores. En El árbol de la vida, Peter Sís nos cuenta que la curiosidad de Charles Darwin por las plantas y los animales lo embarcó en un viaje que fue semillero de la teoría del origen de las especies por medio de la selección natural. Estos dos hechos nos demuestran que existe una curiosidad innata en el hombre; pero ¿qué tiene que ver esta cualidad con el fomento a la lectura y la relación de ésta con libros o textos informativos?

Geneviève Patte dice que: “Leer es resultado de la voluntad de conocer. Es producto natural de la curiosidad intelectual y del deseo de escuchar relatos y jugar con el lenguaje”. Quienes conviven con niños frecuentemente se ven turbados y alcanzados por la tormenta de preguntas que éstos hacen: ¿Por qué el cielo es azul?, ¿cómo vuelan los pájaros?, ¿qué come un gato?, entre otras. Sin embargo, las respuestas que los niños “preguntones” obtienen de los adultos van desde: “No preguntes”, hasta información incorrecta o un sincero “no sé”. Es ahí donde el libro y el texto informativo se convierten en interlocutores de los fisgones: tienen la capacidad para satisfacer la curiosidad de quien pregunta o de quien desea saber.

En la BS, día a día observamos cómo los niños, jóvenes y adultos son seducidos enormemente por los libros informativos. Nuestra sala de consulta alberga diversos temas (historia, zoología, filosofía, anatomía, pintura, música, astronomía, etc.) que se encuentran disponibles y accesibles para todo aquel que quiera echarles un vistazo. El constante desorden en los libros de dinosaurios, volcanes, planetas, el cuerpo humano, momias, castillos y en general en toda la sala, nos da cuenta de la curiosidad que sienten nuestros usuarios por estos temas.

Mirar elefantes, leones o acuarios, conocer las constelaciones para después observar el cielo, indagar en la historia y los diversos modelos de aviones no sólo satisface la curiosidad del lector, sino provoca en él la necesidad de saber más, de preguntar y de compartir libros con sus pares.

Es la curiosidad la que nos impulsa a movernos y transitar por diversos momentos, y es esa misma curiosidad un insumo para formar más lectores. Pasear por los libreros de una biblioteca, particularmente donde se encuentran los libros informativos, genera nuevos intereses: nos provoca leer, saber más sobre un tema e incluso puede crear vocaciones; por esta razón la curiosidad no mató al gato, lo hizo lector.

Además, existen muchas editoriales que han realizado colecciones de libros informativos muy interesantes. Con su colección Historias de verdad, Nostra Ediciones nos cuenta diversos pasajes de la historia mexicana en El Porfiriato y La Revolución mexicana. Ediciones Castillo, con su colección La otra escalera, recorre temas como los puntos cardinales, el tiempo o la comida. El conocimiento es una aventura, colección de Océano Travesía, tiene un libro maravilloso titulado Cómo descubrió el hombre que el simio es primo suyo.

La BS alberga muchos títulos como éstos, pero si no sabes por dónde empezar, aquí te dejamos algunos de los libros informativos más leídos durante 2017 en la biblioteca:

  • ¡Ay! ¡Caca!. Frattini, Stéphane. México: Océano, 2010.
  • Serpientes y reptiles: las criaturas de sangre fría más espeluznantes. Rincón Córcoles, Antonio. Madrid: Libsa, 2010.
  • Mi primer Larousse de los dinosaurios. México: Larousse, 2006.
  • Cita con las momias. Malam, John. México: Océano, 2005.
  • Cómics: una historia global, desde 1968 hasta hoy. Mazur, Dan. Barcelona: Blume, 2014.

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