La ciudad de Oaxaca a 490 años de su fundación
…a veces ciudades diferentes se suceden sobre el mismo suelo y bajo el mismo nombre, nacen y mueren sin haberse conocido, incomunicables entre sí. En ocasiones
hasta los nombres de los habitantes permanecen iguales, y el acento de las voces, e
incluso las facciones; pero los dioses que habitan bajo esos nombres y en esos lugares se han ido sin decir nada y en su sitio han anidado dioses extranjeros.
Italo Calvino
Este 25 de abril la ciudad de Oaxaca cumple 490 años desde su fundación. Las antiguas construcciones han evolucionado inimaginablemente hasta convertirse en la ciudad que el mundo desea conocer, y al igual que cualquier otro sitio histórico, para su preservación enfrenta una innegable problemática social, política y económica. La Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, a través de la Casa de la Ciudad, ha sido un sitio y foro de encuentro para estas reflexiones, mediando la participación de la comunidad e instituciones para continuar construyendo y acercando la ciudad a sus habitantes.
En el mes de marzo, el ciclo de conferencias “Ciudad, Patrimonio y Arqueología”, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México —por medio del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad— en colaboración con Casa de la Ciudad, reunió a especialistas en urbanismo, geografía, conservación y arqueología, entre otras disciplinas, mediante los paneles “Retos y oportunidades” y “Buenas prácticas”.
El intercambio de perspectivas, reflexiones y definiciones en torno a estos pilares identitarios del ciclo, dieron paso a conceptos como cultura y cultura moderna, y a plantearnos preguntas como: ¿hacia dónde nos ha conducido? ¿Acaso la ciudad se encuentra donde hay agua? ¿Cómo estamos preservando nuestra ciudad pretérita? Como consecuencia de la demanda de preservación del patrimonio cultural y de los centros históricos amenazados por el crecimiento urbano surge la “Arqueología urbana”, pero ¿cuáles son los valores e intereses que tutelan nuestra ciudad? Oaxaca tiene sin duda una enorme riqueza pluricultural que integra una gran actividad turística, pero, nuevamente, ¿qué tanta coherencia existe entre esta riqueza y las condiciones económicas y sociales de la población?
¿Qué estamos protegiendo desde la geografía cultural? ¿Quiénes deberían gozar de los beneficios económicos que brinda el turismo? Sin duda, no tendrá que ser esta la actividad principal de una urbe: hay una ciudad fortuita, explorada hace poco, una que emerge y que desde la óptica arqueológica construye también nuestra identidad y comunidad.
En este primer ciclo de conferencias, “Ciudad, Patrimonio y Arqueología”, la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca desarrolló la charla “Una Ciudad humana y sustentable: la participación de la sociedad civil”, en la que se compartieron experiencias que destacan en la construcción con más de tres décadas haciendo ciudad y comunidad. Entre estas se encuentran: la recuperación del Centro Cultural San Pablo, de casa Independencia 903 y 1003, la ampliación del Museo de Filatelia y los hallazgos arqueológicos en la Real Alhóndiga de Antequera que, enlazados en una lectura más amplia, permiten reconocer el pasado de nuestra ciudad. Pueblo Viejo y la Casa de la Cacica en Teposcolula, las casas, los espacios públicos y la recuperación —todavía en proceso— del convento de Tehuantepec se suman a la creación de recintos virtuosos para el crecimiento humano, que promueven la investigación y la expresión del arte, que, entrelazando nuestras raíces e identidad nos proyectan al futuro con un mundo más humano. De esta forma se materializan obras y espacios distintivos en Oaxaca gracias a la reunión sabia de múltiples conocimientos y habilidades, detonada por la humanidad y el impulso preciso de don Alfredo Harp y la Dra. María Isabel Grañén Porrúa.