Boletín FAHHO No. 2 (Sep-Oct 2014)

LA BICICLETA REAPARECE EN LA CIUDAD

Gustavo Madrid

La conformación de una conciencia colectiva alrededor de la importancia de dar lugar a ciudades más equilibradas y justas tiene muchas vertientes, pero se centra en la necesidad de generar urbes más competitivas, donde la población que las habite logre un nivel de bienestar generalizado. Construir este estatus requiere un trabajo importante en varios frentes, uno de ellos tiene que ver con la creación de alternativas para que quienes habitan en las ciudades puedan moverse dentro de ellas. Este tema ha ganado relevancia a medida que las urbes se convierten en el lugar predilecto para que una población de casi siete mil millones de personas en el mundo encuentre hábitat. Hacer que las ciudades sean lo más confortables posible significa hoy día mejorar la calidad de vida de casi cuatro mil millones, sin embargo las ciudades enfrentan grandes problemas que ponen en riesgo su estabilidad y futuro. Entre los varios retos que pudiéramos describir está, por un lado, el control de la calidad del aire que en las ciudades predomina, pero también, hacer frente a la epidemia en materia de salud que el modo de vida urbano ha generado. Estos dos fenómenos se tocan entre sí, buena parte de las afecciones que los habitantes de la ciudad padecen derivan de la mala calidad del aire, otras muchas de los hábitos sedentarios que imperan en el entorno de las ciudades. Como respuesta a estas dinámicas surgió, desde hace ya algunas décadas, una solución que aporta en estos dos frentes: retomar el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano.

Primero los países del norte de Europa que, pese a lo que se pueda suponer, entraron también en una dinámica de reinvención de sus ciudades, después de una crisis urbana de mediados del siglo XX. Luego, el resto de Europa, Asia, Norteamérica y más recientemente Latinoamérica, han hecho apuestas por la movilidad no motorizada no sólo como alternativa si no como solución. Pero este reencuentro no es casual, demanda de la construcción de una conciencia colectiva sobre la importancia de este tema, así como la inversión pública y privada en materia de infraestructura ciclista.

En la ciudad de Oaxaca este camino se inició hace ya muchos años e implicó la participación de la sociedad civil en la realización de actividades que promovieran el regreso de la bicicleta a la vida de la ciudad. De a poco el estado se fue involucrando y para el año 2012 se logró el primer esfuerzo coordinado entre agentes sociales del gobierno estatal. La ciclovía al Tule, hoy ya terminada y en operación, es el primer ramal de una red denominada “Arco Sureste” que unirá la mayor parte de los municipios metropolitanos de la ciudad. Significó el trabajo conjunto de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca vía la Casa de la Ciudad y el Gobierno del estado de Oaxaca, la Secretaría de las Infraestructuras y la Secretaría de Finanzas. Actualmente, este tramo, de poco más de 9 km de largo, une el centro de la ciudad con el municipio de Santa María del Tule, y atraviesa otros cuatro municipios.

Pero el esfuerzo no puede ni debe quedarse allí, es necesario continuar con este impulso para consolidar una red de movilidad ciclista eficiente y segura. Por lo que este año de nuevo esta combinación de actores repite la formula y se dedicará un monto de inversión destinado a la rehabilitación de 6.5 km de ciclopista en avenida Ferrocarril Oriente y casi tres nuevos kilómetros en la Avenida Universidad, integrando la máxima casa de estudios a la red de movilidad sustentable.

Esta nueva etapa de la ciclopista tiene como objetivo unir la parte centro y oriente de la ciudad con el sur, con el fin de irnos acercando a la zona del parque El Tequio y el aeropuerto. Así quedarían comunicados siete municipios, entre ellos los dos con mayor población en la zona metropolitana: Oaxaca de Juárez y Santa Cruz Xoxocotlán, así como diversos equipamientos que sobre su recorrido se encuentran como es el caso de cinco centros universitarios públicos y privados.

Las especificaciones técnicas, tanto de los tramos en rehabilitación como en nueva construcción, pretenden garantizar la seguridad y buen diseño de la ciclopista. Al tiempo que se integra y convive con el sistema de movilidad existente, por lo que se pretende mejorar la iluminación sobre su recorrido, así como delimitar de manera clara y a conciencia las áreas destinadas al recorrido de los ciclistas.

Con esta segunda etapa terminada la ciudad de Oaxaca contará con una red de cerca de 11 km de carril bici confinado, lo que significa ir consolidando un esfuerzo iniciado desde la sociedad civil e impulsado por los distintos niveles de gobierno que tienen injerencia en la mancha urbana.

Así, con el compromiso de todos, la ciudad de Oaxaca se esfuerza por construir no sólo una ciudad mejor, si no también un futuro donde todos tengamos cabida y un mejor lugar donde habitar y prosperar.

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