JUAN MANUEL GARCÍA ESPERANZA: EL ESPÍRITU DE UN ORFEBRE OAXAQUEÑO
Don Manuel es de las personas que viven las costumbres y fiestas de la ciudad de Oaxaca. Su vena estética se combina con su inquietud de promotor cultural; se podría decir que él es un artista-promotor. Su labor artesanal, la orfebrería, le da casa y sustento; su participación en las fiestas tradicionales enaltece su espíritu. Su sentido innato de la belleza le ha permitido transformar pedazos de cantera verde en una representación de Jerusalén o Nacimiento, mismo que desde hace 25 años es parte de su casa, y que a partir de cada 10 de diciembre, generosamente exhibe para todo el que lo quiera visitar.
Además, al ser hijo de hortelanos del barrio de La Noria, participa de una manera feliz y entusiasta de la Noche de Rábanos, concurso que acontece en la ciudad cada 23 de diciembre y donde nuestro personaje elabora creativas esculturas costumbristas con los vegetales, que lo llevaron a ganar el primer lugar por 18 años consecutivos, de 1972 a 1990.
Y qué decir de sus monos de calenda, distinguidos por ser elaborados con gran maestría. Dichos monos, a lo largo de 15 años, participaron en los convites de las fiestas de los Lunes de Cerro. Todavía hoy se extraña a su veintena de personajes que desfilaban orondos por las calles de la ciudad. Asimismo, don Manuelito tiene la alegría para organizar —en el curso de 35 años— la Comparsa del Día de Muertos cada primero de noviembre en su barrio.
Vivir, gozar, crear, trabajar con delicadeza y tesón es la fortuna de don Manuel, quien por 63 años ha perfeccionado el arte de elaborar, con finísimos hilos de oro y de plata, objetos que engalanan a las mujeres. En su taller encontramos alhajas elaboradas por sus manos en la técnica artesanal de filigrana. Destaca la diversa variedad de aretes: de hamaca con perla, de moño, de gusano, de triángulo decorado, de hoja con almendra, de jardín con almendra, de jardín con farolito, las coquetas, muñecas, oaxaqueñas, arracadas de ojillo, entre otros. También es posible hallar espléndidos medallones y collares, joyas que podemos adquirir en el área de trabajo denominada Taller Familiar García y en la tienda del Museo Textil de Oaxaca.
En su taller sobresalen piezas de invaluable riqueza, en las que este artista ha volcado su alma, que ejemplifican su técnica y talento de gran orfebre. En ellas ha combinado su pasión por las tradiciones de su ciudad con una profunda exquisitez: diseños con laboriosos encajes de plata con los que ha logrado piezas únicas, como una carroza tirada por caballos, un campesino con su yunta, una china oaxaqueña y un danzante de la pluma, testimonios en sí mismos de su refinado trabajo para transformar metales preciosos.
El Taller Familiar García se ubica en la calle de Vega 305 (entre Melchor Ocampo y Fiallo), Centro Histórico, Oaxaca. Ahí es posible apreciar el delicado y largo proceso artesanal de transformar el metal en piezas de filigrana, que va desde adquirir oro o plata, fundir, martillar, recocer, laminar, obtener el grosor deseado, redondear el alambre, calibrarlo, marcarlo, recocerlo, blanquearlo, diseñar la figura, soldar, limpiar, unir, pulir, abrillantar, hasta dejar impreso el espíritu de un artista de tiempo completo que vive y sueña para Oaxaca.