Boletín FAHHO Digital No. 36 (Mar 2024)

Joyas de colección

Horacio Ibarra
Fotografías: Acervo del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano

Adicionalmente a las placas de inmortales y, por supuesto, a su icónica construcción, algo que distingue al Salón de la Fama es su importante memorabilia conformada por más de 700 piezas históricas pertenecientes a los inmortales del beisbol mexicano, donadas por ellos o sus familias.

Se trata del acervo beisbolero del Templo de Inmortales mejor conocido como “Joyas de colección”, el cual es sumamente amplio y variado en su contenido, donde destacan piezas importantes que los visitantes pueden admirar, como el Bat de Plata de Beto Ávila, obtenido en 1954 con los Indios de Cleveland al ganar el título de bateo de la Liga Americana, así como los uniformes de Fernando Valenzuela con los Dodgers de Los Ángeles, de Teodoro Higuera con los Cerveceros de Milwaukee y de Vinicio Castilla con los Rockies de Colorado.

Otras joyas consideradas de suma importancia y dignas de admirar son los uniformes de Héctor Espino y Benjamín Cananea Reyes, utilizados con los Sultanes de Monterrey y Naranjeros de Hermosillo, respectivamente, así como la réplica del uniforme utilizado por Baldomero Melo Almada con los Medias Rojas de Boston, el primer jugador mexicano en las Grandes Ligas. En los diferentes paneles y vitrinas del área de exhibición, también podemos encontrar camisolas de figuras legendarias de enorme categoría, como las de Horacio Piña, Ángel Moreno, Alfredo Ortiz, Jesús Chito Ríos, Salomé Barojas, Alfred Pinkston, Enrique Aguilar, Juan Navarrete, Nelson Barrera, Mercedes Esquer y muchas otras.

En un recorrido por las distintas salas se pueden admirar más piezas históricas, como la máquina de escribir de Alejandro Aguilar Reyes Fray Nano, creador de la idea de fundar el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, así como la camisola, gorra y chamarra de Ernesto Carmona, fundador de la Liga Mexicana de Beisbol en 1925 junto con Alejandro Aguilar.

De enorme valía son las camisolas de Roy Campanella, Monte Irvin y Joshua Gibson y Ramón Bragaña todos ellos inmortalizados también en el Salón de la Fama de Cooperstown, de igual manera se encuentra el Guante de Plata de Guillermo Huevito Álvarez. Entre las obras realizadas para honrar a los Inmortales del beisbol más importantes se hallan los bustos de figuras legendarias como Jorge Pasquel, el importante directivo de los Azules del Veracruz de los años cuarenta; Lázaro Salazar, el mejor mánager de todos los tiempos en la Liga Mexicana de Beisbol; Epitacio la Mala Torres, el máximo ídolo en la historia de los Sultanes de Monterrey y Lázaro Penagos, notable directivo de los Cafeteros de Córdoba de la década de los 30.

Además, los visitantes pueden admirar objetos correspondientes a Héctor Espino, el mejor bateador del beisbol mexicano, así como pelotas conmemorativas de sus grandes hazañas, libros sobre su trayectoria y camisolas utilizadas en su carrera triunfal. Aquí se encuentran también vitrinas con piezas de Epitacio la Mala Torres, Pedro Charrascas Ramírez y Francisco Paquín Estrada.

Igualmente se muestran trofeos de distintas épocas, placas, reconocimientos, bates y pelotas históricas de los grandes ídolos del diamante, considerados todos ellos como “Joyas de colección”, debido a su importancia por haber pertenecido a los Inmortales que conforman el Salón de la Fama.

Exposiciones temporales
Por otra parte, el Salón de la Fama cuenta con un espacio muy importante en el cual se llevan a cabo las exposiciones temporales del recinto con tres muestras que han tenido mucho éxito. La primera de ellas fue “Grand Slam del Arte, Beisbol Filatélico” de don Alfredo Harp Helú, la siguiente fue la exposición del Dr. Arturo Arellano hijo (de Hermosillo, Sonora) sobre pelotas y tarjetas firmadas por jugadores mexicanos en Grandes Ligas y la tercera es “Amor por el beisbol” de Roberto Sedas Kleen, la cual se encuentra actualmente en exhibición.


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