Intercambio cultural: uniendo generaciones y territorios más allá de la frontera

El 13 de junio de 2025, el Museo de Arte Contemporáneo de Santa Bárbara (MCASB por sus siglas en inglés), en colaboración con Corazón del Pueblo (el Centro de Artes Culturales y Creativas del Valle de Santa María), organizó su primer diálogo virtual con jóvenes indígenas originarios de Oaxaca y Guerrero, residentes en Santa María, California. Este primer encuentro tuvo como eje una conversación guiada por Hector Manuel Meneses Lozano, director del Museo Textil de Oaxaca.
El evento marcó el inicio de un intercambio de varias fases vinculadas al proyecto Sangre de Nopal / Blood of the Nopal, parte de la iniciativa Getty PST ART: Art & Science Collide. Durante cinco años, este proyecto multigeneracional y multilingüe ha explorado el impacto global de la diáspora oaxaqueña, los artistas indígenas y de origen latino contemporáneos, y de la grana cochinilla como ejemplo de innovación indígena arraigada en el conocimiento ecológico tradicional.
Dieciséis jóvenes provenientes de diversas comunidades, entre ellas San Juan Mixtepec, Distrito 8 (el pueblo de mi familia), Valles Centrales, Tlapa, Sola de Vega y Metlatónoc, participaron en este primer encuentro. Durante la sesión, los jóvenes exploraron textiles de la colección del museo, muchos de los cuales reflejaban el patrimonio cultural de sus propios pueblos de origen.
Hector también presentó la exposición del museo titulada “¿Qué hay en un nombre?”, donde mostró fotografías de personas cuyas identidades permanecen desconocidas. Esta iniciativa invita a reflexionar sobre el significado de esas imágenes: por qué se crearon y cómo moldean nuestra comprensión de la cultura. Además, anima a quienes las observan a considerar si pueden reconocer a alguien en las fotos para así ayudar a recuperar su identidad.
Los jóvenes realizaron preguntas profundas y, al final del encuentro, muchos expresaron emoción y orgullo al reconectarse con sus raíces. Este intercambio buscó inspirarlos a seguir caminos creativos como artistas, narradores y líderes culturales, además de fomentar mentorías intergeneracionales y redes profesionales.
Yo soy ñuu savi (mixteco), nacida y criada en San Quintín, Baja California, México. Desde que tengo memoria, mi identidad indígena ha sido una parte fundamental de quien soy. El mixteco era la lengua común en mi familia y nuestra comunidad mantenía vivas las festividades tradicionales. Crecí viendo a los Diablos y Rubios bailar en nuestras celebraciones, con la Banda de Viento sonando en las calles. Pero lo que se convirtió en uno de los recordatorios más fuertes de mi identidad fue la discriminación por parte de la comunidad mestiza, que me insultaba por mi apariencia física, especialmente el color de mi piel, haciéndome sentir que no pertenecía al lugar donde nací.
Cuando emigré a Estados Unidos, fui indocumentada durante más de 16 años. Sin embargo, e irónicamente, estar aquí me enseñó a valorar aún más mi identidad ñuu savi. Mi historia es prueba de que nuestra gente no solo migra a otros países; nos vemos obligados a migrar dentro de nuestro propio país, a otros estados de México, donde nos tratan como forasteros en nuestra propia tierra. Trabajando en los campos de California, vi de primera mano cómo los pueblos indígenas somos de los más resilientes. Llevamos una vida itinerante, pero nunca olvidamos quiénes somos. Nuestra lengua, cultura y tradiciones nos siguen a donde quiera que vayamos y nos aseguramos de echar raíces y crear un hogar en cada lugar donde nos establecemos.
Hector mostró fotografías de mi pueblo en los años 1959 y 1985; al verlas recordé que debo sentirme orgullosa de quien soy. Estas fotos siguen alimentando mi inspiración para el trabajo que realizo en MCASB, donde busco crear espacios para que nuevas generaciones honren su legado. Las imágenes son como semillas: me recuerdan que debo nutrirme de la memoria y crecer con el conocimiento.
Esta iniciativa forma parte de un esfuerzo más amplio para ir más allá de los marcos tradicionales de preservación cultural. En lugar de simplemente conservar la tradición, el objetivo es empoderar a nuevas generaciones para que innoven, expandan y reinventen el conocimiento ancestral mediante prácticas contemporáneas. Al crear espacios para el diálogo multigeneracional, la co-creación y la innovación, el proyecto fomenta el compromiso cívico y fortalece las capacidades dentro de la comunidad.
El MCASB reconoce que los jóvenes inmigrantes indígenas de México portan historias profundas de migración, resiliencia y supervivencia. Sin embargo, muchas generaciones más jóvenes permanecen confinadas dentro de los límites de California, aun cuando sus familias mantienen fuertes vínculos con sus pueblos natales en México. Este proyecto virtual trasciende fronteras no en términos territoriales, sino en conocimiento y creatividad: cultiva identidades transnacionales, permitiendo a los jóvenes oaxaqueños preservar su lengua, tradiciones y conocimientos ancestrales en ambos lados de la frontera, mientras forjan nuevas conexiones por medio del arte digital y el diálogo.
Este logro es posible gracias al trabajo conjunto con organizaciones locales sin fines de lucro como Corazón del Pueblo, la cual trabaja estrechamente con jóvenes inmigrantes indígenas de diferentes generaciones que radican o nacieron en Estados Unidos, y con el MTO, que sirve como puente con la tierra natal de muchos.