INAUGURACIÓN DE LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS
Volver la mirada y recordar que hace unos años los hermanos Lasallistas consiguieron un terreno en un basurero en Ciudad Nezahualcóyotl. Cuando lo supe, me emocioné sinceramente. Soñé el deseo de los hermanos: un bachillerato y una universidad que fuera un semillero de esperanzas, un sitio digno y noble para aprender y convivir, un lugar que proyecte seres humanos sensibles, pensantes y comprometidos con México.
Desde aquel día, decidí respaldar este sueño lasallista y hacerlo realidad. Empezamos con una capilla, el edificio de bachillerato y unos laboratorios; seguimos con un campo de futbol, otro edificio, una biblioteca y más aulas. El proyecto siguió creciendo: un auditorio-sala de conciertos, una panadería y más instalaciones académicas. Y, cuando uno pensaría que el proyecto arquitectónico llegaba a su fin, una llamada de Raúl Valadés me convencía para continuar apoyando. Y así, el día de hoy, el sueño sigue creciendo con la inauguración de las instalaciones deportivas de La Salle Neza. Me siento muy contento porque vemos un ambiente deportivo fraterno y amistoso.
Queridos jóvenes, deseo el triunfo para todos ustedes, porque no hay nada más bonito que ganar, pero en la vida también se pierde muchas veces, así lo cuento en mi autobiografía Vivir y morir jugando béisbol.
La práctica del deporte no sólo ayuda a la condición física y a la salud. El deporte también es una enseñanza de vida, permite vivir valores como el respeto a la autoridad, la constancia diaria, el esfuerzo para mantenernos con ánimo; empeño para perseguir nuestros anhelos, esperanza y actitud para salir siempre a ganar.
El hecho de estar en esta universidad los hace triunfadores. Cada día se levantan con la decisión de salir adelante, de aprender y mejorar. Hoy, en esta cancha de la vida, también son ganadores. Pido a Dios que los guíe por el camino del bien, que la lealtad, la honradez, la amistad, el respeto y el compañerismo nos acompañe durante todo el campeonato de la vida. Juntos, en equipo, tenemos la oportunidad de demostrar nuestras habilidades, trabajar por México y hacer de él un país triunfador.
Felicito a los hermanos Lasallistas por encaminar esta obra con la destreza que cada disciplina requiere, el respeto a sus reglas, la capacidad de organización, el autoconocimiento, el trabajo en equipo, el manejo de emociones, el respeto al rival y un largo etcétera de aptitudes y actitudes que se conjugan para proyectar a tantos jóvenes mexicanos. ¡Felicidades!