Boletín FAHHO No. 32 (Sep-Oct 2019)

HORIZONTES EN VOZ ALTA

Guiexhooba De Gyves

Con los horizontes hay que hacer algo más que mirarlos desde lejos; hay que caminar hacia ellos y conquistarlos.
Julio Cortázar

Qué significa para ti la escuela. Remóntate a la edad entre los seis y los doce años, recorre imaginariamente tu salón de clases, la hora del recreo, tus compañeros de juegos, y después trata de resumir en tres palabras tu experiencia en la educación básica. Con ejercicios como éste nos disponíamos a entrar en la reflexión de cuál sería nuestro papel como agentes activos que de manera voluntaria asistiríamos a las escuelas a compartir lecturas en voz alta.

Según la UNICEF, lo que sucede dentro y fuera del aula es un factor determinante en la calidad de la educación. Bajo esta perspectiva, familia y escuela contribuyen a la construcción de una comunidad de aprendizaje solidaria y afectiva. Los recientes modelos educativos reconocen a la escuela como una organización social compleja y dinámica, en la que todos sus miembros construyen conocimientos, habilidades, actitudes y valores mediante procesos diversos. Bajo estos enfoques teníamos la gran oportunidad de integrarnos a este entorno, usando la lectura en voz alta como una herramienta para incentivar la imaginación, la escucha, la empatía, la comprensión, la reflexión, el análisis y, primordialmente, brindar la oportunidad de un encuentro lúdico y placentero con la lectura.

Incursionamos en los municipios de Asunción Ixtaltepec y Ciudad Ixtepec. Nos reunimos con directivos, personal docente y padres de familia; realizamos una intensa campaña de difusión en la radio local y redes sociales; pegamos carteles en escuelas, parques, plazas y comercios con una sola consigna: buscar lectores voluntarios.

¿El resultado? Once escuelas atendidas entre primarias y jardines de niños en ambos municipios, ochenta lectores voluntarios dispuestos a brindar su tiempo y su voz para leer semanalmente con más de 1 300 alumnos.

En las capacitaciones reflexionamos sobre los elementos que integran a un lector. Padres y madres de familia reconocen su propio proceso lector, lo que les permite significar y dar sentido a la actividad que realizan. Cada lector hila su propia historia.

La región del Istmo no ha concluido el proceso de reconstrucción que pasa forzosamente por la forma de relacionarnos con el entorno. En estos espacios de encuentro con la lectura descubrimos nuevas formas de hacer comunidad, de mirarnos ya no desde la tragedia, sino desde el encuentro y el reconocimiento del otro por medio del lenguaje.

Nuestros lectores no son entes ajenos que pasan desapercibidos por la calle. Alguien los mira, los nombra: “¡Mira, es Leti, la que va a leer a mi escuela!”. Los escuchas dejan de ser niños que comparten la escuela y el uniforme con nuestros hijos, para transformarse en personas complejas con opiniones y experiencias propias y valiosas con las cuales establecemos vínculos.

A cuatro meses de Seguimos Leyendo en el Istmo, hemos realizado 110 sesiones de lectura y compartido más de 800 lecturas en voz alta, pero principalmente hemos constatado el enorme interés por solicitar libros en préstamo a domicilio. Sin embargo, esto apenas comienza. Con el nuevo ciclo escolar nuestra meta es contar con la participación de más lectores voluntarios, fortalecer las escuelas en las que estamos presentes y llegar a nuevos escuchas. Estamos listos para capacitar, acompañar, impulsar, compartir y disfrutar el placer de leer.

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