Hijas de Mujer Araña
Las hermanas Lynda Teller Pete y Barbara Teller Ornelas son herederas y practicantes del tejido elaborado por el pueblo diné (navajo). Mientras que Barbara se ha centrado más en las labores sobre el telar, Lynda ha estado experimentando recientemente el teñido con tintes naturales, pues el estilo al que están habituados en su región —Two Gray Hills, Nuevo México, EEUU— es el colorido natural de la lana de los borregos, y no al uso de colorantes. Los tintes fueron la razón principal para su visita a Oaxaca.
Lynda y Barbara pasaron una semana con Porfirio Gutiérrez y su familia, en Teotitlán del Valle; Juana, la hermana de Porfirio, es una gran tintorera. Y ahí, entre ollas, hervores y madejas, sucedieron varias conversaciones que nuestras visitantes nos relatarían después, durante los días en que convivimos.
Luego viajamos a San Pedro Cajonos, donde nos recibió Moisés Martínez, entrañable amigo, sericicultor, tintorero y tejedor. La interlocución ocurrió con toda la familia de Moisés, incluida su hija, Idalia, quien practicó su inglés con Belvin, el esposo de Lynda. El haber compartido tiempo con estas familias que conservan sus lenguas, así como el intercambio de conocimientos, experiencias y alimentos alrededor de una mesa, conmovió mucho a Lynda. Por otro lado, como lo explicó en su presentación, días después, aprecia que tanto ellas como Moisés, Porfirio y sus respectivas familias honren la tradición, preserven sus tejidos y sus idiomas.
Partiendo de esta observación, Lynda comentó que las disputas existentes en torno al uso de diseños navajo en los tapetes de Teotitlán deben examinarse de un modo más cauteloso, pues son el resultado de estructuras mucho más complejas. Barbara se sumó a la conversación al expresar su sorpresa cuando Porfirio le ofreció una disculpa por haber hecho uso de diseños navajo. Como respuesta, dijo que la culpa no es de los tejedores de Teotitlán, sino de aquellas personas ajenas a ambas comunidades, quienes primero tomaron los diseños navajo para después comisionarlos en Oaxaca y enriquecerse de su venta en Estados Unidos, dejando a ambos pueblos enfrentados entre sí. Lynda concluyó:
El problema no es que tejan esos diseños, sino que se desconoce el trasfondo de los mismos y las implicaciones que existen al tejerlos. Si hubiéramos tenido más conversaciones de este tipo, donde se expliquen las raíces de los diseños, no tendríamos estos problemas. Después de todo, somos iguales, y hay espacio suficiente en este mundo para todas las personas que tejemos.
La visita de tan grandiosas hermanas incluyó los acervos del Museo Textil de Oaxaca, donde les mostramos algunos de los tejidos que hemos recibido a lo largo de catorce años. Generosamente, ambas compartieron sus observaciones al respecto, nos hablaron de los términos y materiales que emplean y nos enseñaron cómo ver y entender mejor los mantos, por ejemplo, apreciar dónde se comenzó el tejido de un lienzo y dónde se hacían pausas en el telar. Como en muchas otras ocasiones en las que hemos observado piezas del pasado al lado de tejedoras de hoy en día, Lynda y Barbara expresaron su admiración hacia aquellas cuyas labores teníamos entre las manos. Así, conforme caminábamos entre un manto y una faja se entretejían historias de los logros y retos que ha tenido que enfrentar la Nación Navajo.
Para finalizar, queremos señalar que Lynda habló brevemente sobre el libro que ella y Barbara publicaron en 2018, Spider Woman’s Children – Navajo Weavers Today: “Se trata del primer libro [que] desde 1492, año en que Colón llegó a nuestro mundo, [se ha] escrito por tejedoras navajo sobre tejedoras navajo. Como lo decimos entre nosotras: la mejor información sobre los tejidos navajo viene de nosotras mismas”.
Sin duda son memorias para atesorar y compartir. Afortunadamente, la presentación de Lynda puede consultarse en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=yesgYDHixmU
Te invitamos a verla.