Boletín FAHHO Digital No. 16 (Jul 2022)

Hasta siempre, capitán

Agustín Castillo
Terrible desde pequeño, Iván fue un niño travieso y siempre activo, buscando canalizar su inagotable energía; entonces tuvo un acercamiento con la música y tocó el piano, pero su gran amor lo llevaba siempre a un campo de juego.

La llamada Ciudad de los Palacios vio nacer a Iván Terrazas un 11 de noviembre de 1983. Heredó de su padre, don Martín Terrazas, el amor por las 108 costuras, y esa afición fue motivada por su mamá y forjada aún más por una familia unida y reconocida en el beisbol mexicano.

Terrible desde pequeño, Iván fue un niño travieso y siempre activo, buscando canalizar su inagotable energía; entonces tuvo un acercamiento con la música y tocó el piano, pero su gran amor lo llevaba siempre a un campo de juego.

La Liga Tranviarios fue el escenario de sus primeros pasos como pelotero, en donde inició su sueño de jugar a nivel profesional y continuar así con el legado de su padre.

Su talento llamó la atención de la organización de los Bravos de Atlanta, con quienes tuvo la oportunidad de jugar, pero sería la pelota mexicana la que lo vería brillar en sus diamantes.

Fue novato del año de la Liga Mexicana de Beisbol en el 2006 con la novena de Monclova, en donde su paso fue fugaz, pero brillante. Sus números: .338 a la ofensiva, 30 dobletes, 5 triples, 13 home runs y 53 carreras.

En uno de sus movimientos más sorpresivos y agresivos llegó a los Diablos Rojos del México a cambio del experimentado y ya consagrado Saúl Soto. Su llegada a la Pandilla Roja en el 2008 representó un cambio generacional importante para el equipo de la capital del país, sobre todo al tener a un fuerte representante vistiendo el jersey rojo.

Digno de un guion de película, el primer turno de Iván Terrazas como diablo fue un cuadrangular que produjo dos carreras, un potente batazo que permitió a Daniel Fernández, su mánager –otra leyenda escarlata– anotar su carrera número 1837, la última como pelotero profesional y la que lo colocaría en lo más alto de la lista de carreras anotadas en la historia del equipo. En esa temporada bateó 8 triples, 8 cuadrangulares y estafó 6 almohadillas.

Desde 2015, Terrazas porta con orgullo y compromiso el título de capitán del equipo más ganador del deporte en México; su productivo bat y su guante seguro en los jardines han sido la carta de presentación que conquistó el corazón de los aficionados.

En la temporada del 2016, específicamente el 27 de abril, sumó un récord más a su carrera, conectando su hit número 1000 en la Liga Mexicana de Beisbol, en un juego ante el equipo con el que debutó: Acereros de Monclova.

Además de los campeonatos con los Diablos Rojos del México en 2008 y 2014, Iván Terrazas también compartió su experiencia con las nuevas generaciones, aportando como refuerzo y coronándose campeón en la Liga Invernal Mexicana. Sin embargo, hoy lo despedimos de los diamantes: nuestro capitán se jubiló.

La carrera de Iván Terrazas podría definirse como la lucha y disciplina constante por alcanzar los sueños, de caer siete veces y diez ponerse en pie, de levantar al aficionado de la butaca, sin despegar nunca los spikes del suelo, convirtiendo la palabra “Terrible” en sinónimo de entrega y corazón.

¡Hasta siempre, Capitán Escarlata!


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