Boletín FAHHO No. 25 (Jul-Ago 2018)

FLORA, DE DEMIÁN FLORES

Lluvia Sepúlveda

La exposición presentada en el Centro Cultural San Pablo, Flora, está compuesta por obra pictórica y gráfica realizada por Demián Flores en homenaje a su tierra natal, Oaxaca. Sin abandonar la representación figurativa, esta Flora de Flores está basada en La Dendrología natural y botaneología americana, o tractado de los árboles y hierbas de la América de fray Juan Caballero (ca. 1730–1787), originario de la Ciudad de Antequera y quien fuera provincial de la Orden de los Predicadores, conocidos como dominicos por su fundador. El manuscrito data del último tercio del siglo XVIII y contiene un catálogo de plantas de la región oaxaqueña. 

A partir de la yuxtaposición de dos representaciones fitomorfas de Caballero, Flores logra crear una tercera imagen, un híbrido vegetal de colorida estratigrafía. Una representación alegórica de la identidad oaxaqueña a través de la naturaleza como signo visual en representación del territorio y la memoria. La serie de Flores es una especie de vegetalia en la que colindan lo formal y lo abstracto a partir de las líneas del contorno de los ejemplares botánicos y las manchas monocromáticas. Flora es una cita visual de la historia de Oaxaca, cuya vegetación ha sido una de la fuentes de inspiración de numerosas plumas y pinceles del arte mexicano.

Al mismo tiempo, Demián Flores aprovecha el asunto naturalista para conducir al espectador hacia un tema de tremenda actualidad: la actividad humana sobre la naturaleza, la hibridación de las especies, la manipulación genética. Flores emplea un par de imágenes –dos especímenes– para crear una tercera ya “modificada” por la mano del hombre, es decir, crea una domesticación visual de las especies. Demián nos recuerda la polaridad de la simbiosis naturaleza/cultura, muchas veces afortunada como el milenario cultivo del maíz producto de Mesoamérica; otras veces desafortunada, como los cuestionables productos transgénicos.

En esta exposición, el autor se da cita con el pasado. Al utilizar el manuscrito del religioso dominico, Flores crea una parábola que acaso conecta el objetivo original de la Dendrología de Caballero con su función actual, es decir, servir para el conocimiento de la flora de Oaxaca, con sus aplicaciones y usos medicinales –los entonces fines científicos y catalográficos– con los actuales intereses históricos, estéticos y botánicos que rodean a tan importante documento para el devenir de Oaxaca.

En la época de fray Juan Caballero, la curiosidad personal y la necesidad de registrar los territorios coloniales dieron lugar a numerosas expediciones impulsadas por la corte imperial. La obra de Caballero pertenece a un periodo de grandes cambios en la producción de conocimiento, inspirados por los preceptos cientificistas de la Ilustración y la radical modificación de la administración del virreinato de la Nueva España. Con los borbones a la cabeza del reino español, desde inicios del siglo XVIII, se impulsó el control directo y centralizado de la corona sobre la burocracia y la vida económica de las tierras novohispanas en favor de la metrópoli. Para ello, resultaba necesario comprender la geografía y delimitar las fronteras, detener el contrabando y conocer los recursos naturales ofrecidos por las posesiones americanas, cuya explotación debía fortalecer la economía española.

El número de expediciones científicas aumentó considerablemente gracias a la política borbónica. Estudios marítimos e hidrográficos, registros cartográficos y reconocimientos naturalistas tuvieron la finalidad de informar a la corona –y a la ciencia europea– sobre las “nuevas” especies vegetales y animales, aportando con ello al nacimiento de la historia natural moderna. Estos viajes de exploración fueron protagonizados por ingenieros militares, marinos, médicos, boticarios, naturalistas, y otros ilustres personajes de la élite criolla –entre ellos fray Juan Caballero–, apoyados por dibujantes y pintores encargados de la tarea de trazar mapas y registrar visualmente los paisajes y los ejemplares de la flora o la fauna de los territorios estudiados. Es notable que fray Juan Caballero realizara ambas labores de catalogación e ilustración en su Dendrología, obra que cayó en el olvido tras su muerte y que fue recientemente recuperada por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. El volumen original se resguarda en el acervo de la Biblioteca Francisco de Burgoa, en el exconvento de Santo Domingo al que perteneció el padre Caballero. 

El reinado de Carlos III, entre 1759 y 1788, impulsó un mayor esfuerzo por catalogar y clasificar la naturaleza del Nuevo Mundo y sus posibles aplicaciones científicas, en el que participó el notable religioso José Antonio Alzate (1737-1799), gran erudito y uno de los más fervientes defensores de los conocimientos de los antiguos mexicanos y el respeto a la naturaleza, y con quien fray Juan Caballero colaboró en la redacción de observaciones científicas y la recolección de especímenes de la región oaxaqueña para la Gazeta de México (sic), una publicación en la que participaron los más importantes científicos enciclopedistas de la Nueva España.

Flora de Flores celebra la vida, la cultura, la historia y la memoria de su querido Oaxaca.

Lo sentimos, la página que buscas no existe.

¡Muchas Gracias!
En breve nos pondremos en contacto contigo.