Exposición“Cerámica de la Familia Jiménez”
El taller de cerámica de la familia Jiménez fue fundado en 1925 por Ignacio Jiménez, quien aprendió el oficio a partir de la elaboración de talavera poblana. Don Ignacio descubrió que al pintar sobre una base de caolín los colores no se adherían, como en la talavera tradicional, sino que se escurrían suavemente sobre la cerámica. A partir de entonces, su taller fue famoso por fabricar un nuevo tipo de cerámica escurrida.
A partir del fallecimiento de don Ignacio, en 1960, su esposa Adela dirigió el taller hasta 2013. Luego, sus hijos continuaron la tradición familiar, aunque sus piezas son cada vez más escasas.
Por eso, los 57 platos que se exhiben en el Centro Cultural San Pablo son obras únicas, elaboradas a mano por Rafael Jiménez, quien, desde niño, vio en las manos de su padre “cómo el barro era dócil”; desde entonces, como escribió la maestra Arcelia Yañiz para una exposición de 1960, “vivió dentro de un mundo de imágenes”.
Tanto la vajilla verde, que está inspirada en Monte Albán, como las piezas de estilo talavera de puntos y flores fueron elaboradas por diferentes miembros de la familia; como obras de arte, sus tonos definitivos de azul, amarillo, verde y ocre aparecieron en el proceso de su elaboración, lo cual las vuelve irrepetibles.
Las dos piezas que representan el calendario azteca fueron dibujadas por Teresita de Jesús Jiménez y ninguna de ellas fue horneada ni retocada con barniz; frágiles y efímeras, muestran el detalle y la paciencia con los que la autora provoca una pausa en el deseo del polvo de tener forma.
La actual exposición en el CCSP es una forma de conservar la memoria de la familia Jiménez, y una manera de mostrar que una práctica artística puede convertirse en una forma de vivir.