Boletín FAHHO Digital No. 56 (Nov 2025)

Experiencia musical en el atrio del Centro Cultural San Pablo

Agustín García
Concierto a cargo de la Banda Filarmónica de Santiago Zacatepec. Fotografías: Acervo de la Fonoteca
Juan León Mariscal

Los espacios del Centro Cultural San Pablo han sido musicalizados en cada temporada de conciertos. Gracias a ello, durante los últimos años, en Oaxaca hemos presenciado el surgimiento, la consolidación y la proyección de grandes músicos, quienes, desde sus comunidades, han creado memorables historias que son un reflejo de las emociones que como oaxaqueños nos identifican y nos ayudan a rememorizar la complejidad de nuestros contextos. Desde las comunidades originarias, la música ha sido fundamental en la construcción del patrimonio cultural oaxaqueño. Alejadas del bullicio de la capital, estas poblaciones han creado, sentido y vivido la música desde tiempos ancestrales: el caldo de cultivo perfecto para el surgimiento de notables obras, intérpretes y compositores.

Un claro ejemplo de ello son las y los jóvenes músicos de la Banda Filarmónica Municipal “Rito Marcelino Rovirosa” de Santiago Zacatepec, Mixes. En esta región del estado, la música no es solo una expresión, sino una forma de vida que comienza en los primeros años de infancia y se va consolidando con el tiempo. Quienes inician este camino llegan a atesorar su formación musical como lo más valioso, pues se trata de una forma de vida que favorece a la comunidad al mantener su cultura viva.

La conservación de su cultura implica, precisamente, que esta no se limite a su terruño, por eso eligieron un escenario como el atrio del exconvento de San Pablo para darse a conocer fuera de su comunidad. Así, durante una emotiva y estimulante presentación, dieron muestra de su formación musical, tradición y pasión. En un concierto de instrumentos de aliento y percusión, bajo la dirección de los maestros Braulio Cano López y Luis Ángel Fuentes Salazar, la Banda Filarmónica de Santiago Zacatepec dejó al público con ganas de seguir escuchándolos, después de bailar y vitorear las piezas que con tanta destreza interpretaron los músicos, oriundos de las serranías de la Sierra Norte Mixe.

Su repertorio incluyó, además de las composiciones del maestro Rito Marcelino Rovirosa, temas regionales; danzones; Sing, Sing, Sing de Benny Goodman, un clásico del género big band; un ensamble de metal y ska con dos éxitos de Mago de Oz —La historia del mago y el hada y Fiesta pagana— y una canción emblemática de Panteón Rococó, La carencia. También interpretaron temas populares como No hay novedad, además de adaptaciones de soundtracks de anime (Naruto y Dragon Ball) y del cine (Star Trek). Este concierto tuvo una amplia aceptación entre los asistentes, quienes acompañaron a los jóvenes intérpretes en una tarde de concierto que amenizó aquel fin de semana.

La noble labor de preservar las manifestaciones de los grandes expositores es de importancia para la continuidad de la música, pues a partir de su difusión podemos dar visibilidad a nuevos talentos y vida al futuro de la escena musical oaxaqueña. Claro, para que los eventos sigan vigentes, se requiere la pluralidad del trabajo entre músicos, el personal de la FAHHO y, por supuesto, el público que asiste a los conciertos. Ellos son quienes nos motivan a seguir dando exposición a la cultura del sonido.


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