Boletín FAHHO No. 20 (Sep-Oct 2017)

ESTRATEGIAS LECTORAS Y CULTURA ESCRITA

Rocío Ocádiz

Guy quiso guardar entre sus manos los  colores del iris que forma un cristal.
En la sombra, los colores desaparecían.
—Jacinto —dijo a Canek—, le prometí a Exa un regalo. Pero parece que es un regalo imposible.
—Nada es imposible, niño Guy, cuando el corazón es limpio.
Guy volvió a mirar, bajo el sol, los colores del iris. Se quedó mirándolos con tanta emoción que sobre ellos cayeron sus lágrimas.
Entre las manos de Guy quedaron prisioneros, lúcidos, los colores del iris… y Exa tuvo su regalo.
Canek, Ermilo Abreu Gómez.


Nada es imposible cuando el corazón es limpio. Aun los regalos que a nuestros ojos parecen impensables encuentran la manera de llevarse a cabo… si el corazón es limpio.

En este nuestro mundo que vivimos hoy día, cuántos regalos, y más de esos imposibles, quisiéramos dar a otros… movidos por tantas facetas de nuestro entorno.

Facetas como la realidad vulnerable de la mayoría de nuestros niños; realidad donde la risa les ha sido arrebatada, donde no hay condiciones para una nutrición adecuada, donde el juego ya no es esa realidad lúdica a la que todo ser humano debiera aspirar, donde la educación ya no significa una esperanza…

O la realidad de los adolescentes, que han renunciado a tomar las riendas de sus propias vidas por la conciencia creciente de que el mundo se les está entregando casi deshecho; de que poco o nada podrán modificar en la realidad que los adultos hemos fraguado en estos años; de que lo mejor que podrán hacer es ver únicamente por sí mismos y sus propios intereses… Conciencia que, por cierto, se sigue modificando y complejizando cada día más por todos los escaparates virtuales en los que los adolescentes se exponen y son expuestos.

O la realidad de los adultos, que desde nuestros diferentes mundos particulares poco o muy poco participamos en la generación de propuestas para la conversión de nuestra sociedad en una más equilibrada; en una sociedad que apueste por una verdadera eco-civilidad para este siglo veintiuno… Adultos que en la mayoría de los casos hemos perdido el brillo en la mirada y hemos dejado de ver nuestra existencia como una posible y necesarísima respuesta personal al desafío de la realidad que nos interpela.

Y, sin embargo, en la Fundación Alfredo Harp Helú y la Universidad La Salle, en Oaxaca, no nos hemos rendido. Y no nos vamos a rendir. Porque hoy precisamente estamos reconociendo la conclusión del esfuerzo realizado por un numeroso grupo de personas que desea hacer justamente esos regalos imposibles, un grupo de adultos que se ha preparado para hacerlos, que ya empezó a hacerlos y quiere seguir haciéndolos.

Y es que, quienes hoy terminan sus diplomados en Promoción y estrategias lectoras y Cultura escrita y adolescencia, tienen ahora la posibilidad de regalar, desde su aprendizaje y la madurez y conciencia adquiridos en dichos programas, la oportunidad de mirar la vida de otra manera, a niños, adolescentes y adultos, y sobre todo en esos contextos a donde la mayoría prefiere no mirar: los espacios más vulnerables de nuestra sociedad.

El corazón limpio, desde donde se generan los regalos imposibles, no se adquiere con un diplomado ni con ningún estudio académico. Pero si lo recibido y reflexionado en cada módulo de aprendizaje lo entregamos cada uno sin reservas, con esmero y cariño, a quienes jamás habían pensado que podrían recibir un regalo de este tamaño, entonces, nuestro corazón se irá tornando en un espacio cada vez más diáfano, transparente, donde se fragüen diariamente los regalos más impensables.

Atrevámonos juntos a limpiar nuestro corazón en cada acto de generosa entrega. Decidámonos, de una vez por todas, a mostrar que otro tipo de relación de gratuidad es posible entre los seres humanos, lancémonos a la hermosa aventura de ensanchar e iluminar los horizontes de niños y jóvenes, y entonces, como el niño Guy, podremos ver cómo los colores del arco iris, puestos en las manos de otros, gracias a nuestro acompañamiento, pintarán este mundo en la verdadera gama cromática que nunca debió dejar de tener.

Indivisa manent.
Lo unido permanece.

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