ESTAMOS DE FIESTA
La Librería Grañén Porrúa cumple 42 años de haber sido fundada, y el pasado mes de octubre celebró sus primeros 15 en la hermosa ciudad de Oaxaca.
En el pasaje de Niza, en la esquina del Paseo de la Reforma, Manuel Grañén Moré tenía su librería en la capital mexicana. Estaba dedicada a vender libros de arte y literatura. La Librería Grañén Porrúa —llamada así por los apellidos de sus hijos— pasó por momentos difíciles, sobre todo, a partir del temblor de 1985, cuando los locales vecinos cerraron sus puertas. Sin embargo, la buena administración del negocio y la fidelidad de sus clientes permitieron que continuara, aun en las peores circunstancias.
A los 75 años de edad murió don Manuel, a causa de un paro cardiaco, precisamente cuando se levantaba, como todos los días, para ir a trabajar. La hija de Manolo, María Isabel, decidió trasladarla a Oaxaca, donde ella radicaba. Fue gracias al apoyo de su esposo, Alfredo Harp Helú, que se restauró una antigua casa en la calle Macedonio Alcalá 504 para darle hogar a tan querido negocio.
Desde su inauguración, hace 15 años, la Librería Grañén Porrúa en Oaxaca se ha convertido en un punto de encuentro para los lectores oaxaqueños y visitantes de la ciudad. La selección cuidadosa de su mercancía invita a los visitantes a recorrerla entre sus salones cobijados por libreros.
15 años han pasado desde aquella noche en que la algarabía de la ciudad celebraba con banda y marmotas la apertura de una casa de libros para Oaxaca. Amigos y seres queridos han sabido acompañarla en su andar. La librería seguirá su camino de fomentar las letras y hacerlas llegar a las manos de sus clientes que esperan un libro para emocionarles el alma.