Boletín FAHHO No. 22 (Ene-Feb 2018)

ENTREVISTA A LA DIRECTORA DE PAPALOTE MUSEO DEL NIÑO IZTAPALAPA

Waldini Ortega

Con el pretexto de su visita a nuestro estado platicamos con Marcia Larios, directora de Papalote Museo del Niño Iztapalapa, sobre la situación actual de los museos. Esto fue lo que nos contó:

Waldini Ortega: ¿Qué es para Marcia Larios un museo infantil?

Marcia Larios: Los museos infantiles se originan en lo que eran los centros de ciencias y tecnología y que después derivaron en los museos infantiles. Desde hace mucho tiempo existe la confusión sobre si son centros de divulgación de la ciencia o son museos para niños. Para mí, la parte de los museos para niños me parece mucho más acotada, porque ya está establecido quién es tu público meta, y me parece que son espacios que buscan atender o abordar los principales intereses de los niños, sus inquietudes y expectativas, lo cual implica el juego, la experimentación, la comunicación y el descubrimiento, es decir, son espacios que deberían buscar realmente dirigirse hacia el interés prioritario de los niños.

Sabemos que el principal público de los museos infantiles son los niños, pero evidentemente ellos no vienen solos, los atendemos con los públicos complementarios que serían, por un lado, la familia, los padres, madres, abuelitos y demás familia extendida, y, por otro lado, el grupo escolar. Muchos de los visitantes que tenemos durante la semana vienen con sus escuelas, así que también se vuelven un público complementario los maestros, los directivos y la gente que maneja los sectores que traen a los niños al museo, así que habría que enfocarse en responder específicamente a las expectativas e intereses de los mismos, porque son su público principal, y distinguirlos de los centros de ciencias.

WO: ¿Con qué retos crees que se enfrentan los museos infantiles hoy en día?

ML: El reto es no sólo de los museos de niños ni de los museos de arte. El reto de los museos es crear espacios vivos. Ya no podemos seguir trabajando solamente en esta parte de las colecciones que la gente viene a contemplar. Evidentemente, ésos son museos que ya pasaron a la historia, pero que aún existen. Los museos deben ser espacios vivos, espacios de convivencia donde se abra el diálogo y donde los diferentes públicos y comunidades puedan convivir entre ellos, y que sea principalmente el museo el detonante de esto. Otra parte que considero muy importante viene ligada con la idea de hacer a los visitantes activos y no pasivos. Por muchos años los visitantes de museos eran distantes, llegaban a lugares donde recibían información y no interactuaban. Creo que ahora la parte importante, y más en los museos infantiles, es la interacción, donde el propio público se vuelve protagonista. Esto mismo te da un gran empoderamiento: la posibilidad de ir descubriendo los propios significados, ir construyendo lo que te dice o te expresa ya sea una obra de arte, un objeto, una colección, o en el caso de los museos interactivos, la exhibición. Esos dos puntos son muy importantes para mí: el museo vivo como un espacio de convivencia, diálogo e inclusión, y por otro lado el empoderamiento de los visitantes: formar visitantes activos.

WO: ¿Qué papel juega la enseñanza en los museos hoy en día?

ML: En los museos afirmamos que: “Somos espacios de educación no formal, y que no pertenecemos al sistema educativo donde los niños van a una clase y aprenden un tema específico”, pero evidentemente somos espacios de enseñanza y aprendizaje. En el caso de los museos tradicionales se parte de colecciones específicas, el visitante aprende directamente del objeto. En el caso de los museos interactivos, el aprendizaje se da por medio de las experiencias que se realizan en las exhibiciones. Aprender directamente de un objeto, como aprender de una exhibición, son experiencias vivenciales significativas para todo tipo de público, y esto es más evidente en los museos infantiles. Por eso es tan poderoso el aparato educativo de los museos interactivos, porque al vivir la experiencia estás interactuando con la exhibición. Al comprender algo porque ya lo viviste, porque ya jugaste con eso, la vivencia se vuelve memorable, parte de tu historia.

También es muy importante la relación y complicidad con los maestros. Muchos de ellos no utilizan los museos como herramientas para reforzar o para revisar algunos temas de su programa escolar. La razón puede ser porque a veces no conocen el museo o no tienen esa relación directa o porque no se les facilita el material y las herramientas, pero nuestro trabajo es darles estas posibilidades, enseñar el camino.

Para mí es muy enriquecedor cuando a un maestro le dices: “Así puede ser”. El maestro lo capta y te da herramientas mucho mejores de las que tú le puedas dar. El aprendizaje se da de manera directa, vivencial, y ahí queda el aprendizaje. Entonces el trabajo de la relación de los museos con la parte educativa me parece fundamental. La relación se da de manera mucho más interesante y fluida cuando puedes tener esta relación entre los educadores de museos y todo el sector escolar: cuando los hacemos partícipes. Creo que ésa es la gran riqueza educativa de los museos.

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